El índice AO está en niveles altísimos: cambiará el tiempo del hemisferio norte y luego se desplomará

Las últimas previsiones señalan que el índice AO se desplomará pronto, lo que puede dar lugar a un importante cambio en la situación atmosférica. Analizamos cuáles podrían ser los efectos en España.

Las previsiones señalan que el índice AO se desplomará dentro de poco: ¿cuáles pueden ser las consecuencias en España?

La Oscilación Ártica (AO, por sus siglas en inglés) hace referencia a un patrón dipolar de fluctuación en la presión de regiones árticas. Para entender mejor este concepto, es necesario entender también la Oscilación del Atlántico Norte (NAO).

A grandes rasgos, distinguimos dos campos de presión básicos en superficie: las altas presiones o anticiclones, y las bajas presiones o borrascas.

La Oscilación del Atlántico Norte es un índice que refleja las fluctuaciones que existen en la diferencia de presión atmosférica entre las bajas presiones que se instalan en torno a Islandia, y las altas subtropicales que suelen dominar la región de las islas Azores.

Estos centros de acción se encuentran interconectados: si se debilita uno, se refuerza el otro, y viceversa, existiendo una correlación negativa entre ambos.

Por tanto, la Oscilación Ártica, es otro índice que mide la fluctuación en la presión, en este caso sobre latitudes medias y altas en el hemisferio norte, que influye fuertemente en el tiempo y clima de Norteamérica, Europa y Asia, especialmente durante el invierno.

¿Qué implica un índice positivo o negativo de la NAO?

El índice de la Oscilación del Atlántico Norte se calcula a partir de la diferencia de las anomalías de presión al nivel del mar, en comparación con sus valores promedio de los últimos 30 años, entre las áreas de las Azores e Islandia. La NAO nos proporciona una excelente información sobre cómo se está comportando, ofreciéndonos una posible evolución de los vientos del oeste en nuestras latitudes.

  • Una NAO positiva implica una gran diferencia de presión entre ambas zonas, lo que propicia una circulación marcada con vientos fuertes del oeste en el Atlántico Norte. Debido a esta gran diferencia de presión, las borrascas invernales que cruzan el océano Atlántico son más intensas y su trayectoria se ubica más al norte que durante la fase negativa.
  • Una NAO negativa conlleva poca diferencia de presión entre ambas regiones, por tanto, está ligada a la ausencia de vientos del oeste en esta región del Atlántico. Esto puede traer una circulación de las borrascas más al sur de lo habitual.

Este índice varía todos los años, pero lo cierto es que suele mostrar tendencias positivas o negativas dominantes a lo largo de uno o varios años.

¿Y de la AO?

La Oscilación Ártica está fuertemente relacionada con la Oscilación del Atlántico Norte, de tal manera que se considera que la NAO es una manifestación de la AO en la región noratlántica. Así, una fase positiva de la AO se asocia con una fase positiva de la NAO (como en la actualidad), mientras que una fase negativa de la AO corresponde a una fase negativa de la NAO.

Cuando la AO se encuentra en fase positiva, es esperable comportamiento similar de la circulación atmosférica al que esperamos con una NAO positiva.

Gracias a una circulación atmosférica constante de oeste a este, con la AO positiva, el aire frío del Ártico se mantiene confinado en la región polar.

Por tanto, con la AO negativa, la presión entre ambas masas de aire disminuye, lo que provoca que el chorro polar comience a ondularse, con importantes descuelgues, permitiendo que el aire polar o ártico llegue a latitudes relativamente bajas.

¿Cómo puede afectar a España este cambio de la AO?

Las probabilidades de ver inestabilidad y tiempo invernal en España son mayores con una AO negativa. Se relaciona con irrupciones de aire frío desde el Ártico y con la aparición de borrascas en el suroeste y sur de Europa, o incluso en el Norte de África. Cuando la AO está en fase positiva, algo que está sucediendo ahora, son menos frecuentes, y de hecho a corto y medio plazo las altas presiones y el tiempo templado se impondrán en buena parte del continente.

No obstante, pronto podríamos pasar a una configuración de índice negativo, lo que puede conllevar, como ya hemos explicado, a la ondulación del chorro polar, traduciéndose en descuelgues de embolsamientos de aire frío y propiciar situaciones de DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), que, dependiendo de donde se sitúen, traerían fuertes precipitaciones a amplias zonas de la península.

Ha sido culpable de la llegada de advecciones frías importantes, masas de aire árticas marinas, también conocidas como nortadas. También masas de aire árticas continentales o polar continentales, más secas pero mucho más frías.

En estos momentos, tenemos un AO claramente positiva, pero si analizamos las tendencias, a principios de noviembre este índice tiende a normalizarse, lo que a priori se traduciría en una mayor posibilidad de entradas frías. Lo iremos siguiendo en Meteored.