Ciclogénesis explosiva y borrasca Ashley: provocará olas gigantes en el Atlántico, ¿cuál ha sido la más alta medida?
El Atlántico Norte se prepara para un evento muy adverso para esta época del año: una ciclogénesis explosiva que ha sido bautizada como Ashley y que generará olas gigantescas.
Este sábado, el Atlántico norte será el escenario de un potente fenómeno meteorológico: una ciclogénesis explosiva. Más allá de la borrasca en sí, lo que realmente destacará será el enorme oleaje que levantará, con dimensiones extraordinarias. Por sus efectos adversos esperables, ha sido bautizada como Ashley por el servicio meteorológico irlandés.
Las costas del oeste de Irlanda y el noroeste del Reino Unido estarán en el epicentro de este temporal. ¿Superaremos un nuevo récord en la altura de las olas? ¿Qué condiciones generan estas colosales formaciones?
¿Por qué este fenómeno se conoce como ciclogénesis explosiva?
Una ciclogénesis explosiva es un fenómeno meteorológico que ocurre cuando una borrasca se intensifica de manera rápida y violenta.
Para que sea considerada “explosiva”, la presión en el centro de la borrasca debe caer al menos 24 milibares en un período de 24 horas, lo que desencadena condiciones atmosféricas extremas. En el caso de España, el umbral para una ciclogénesis explosiva es algo menor, con caídas de presión de entre 18 y 20 milibares en 24 horas.
Este proceso es más común en el Atlántico Norte durante el invierno, cuando los contrastes de temperatura entre masas de aire frío y cálido son más marcados, y no tanto en esta época del año. Estas borrascas generan vientos huracanados, intensas lluvias y, lo que nos ocupa en este caso, un oleaje imponente.
Este fin de semana una borrasca situada al norte del Atlántico se profundizará rápidamente. La presión caerá de 987 hPa a 956 en solo 24 horas, sobrepasando claramente el umbral para que sea considerada una ciclogénesis explosiva. Los efectos de este fenómeno serán más notorios en las costas al oeste de Irlanda y en el noroeste del Reino Unido.
¿Cómo se forma el oleaje?
Cuando una ciclogénesis explosiva se desarrolla, los fuertes vientos que acompañan la borrasca generan el oleaje.
La medición del tamaño, dirección o frecuencia de las olas se realiza a través de boyas y satélites que registran el comportamiento de mares y océanos.
Las olas se forman por el movimiento del viento sobre la superficie del agua, y su tamaño depende de tres factores principales: la velocidad del viento, la duración del mismo y el "fetch", o la distancia sobre el mar abierto que recorren sin encontrar obstáculos. Cuanto mayor es el fetch y la intensidad del viento, más grandes serán las olas.
Por otro lado, la altura de una ola se define como la distancia vertical entre la cresta de una ola y el seno de la siguiente. Sin embargo, en la meteorología marina se suele utilizar el concepto de "altura significativa de ola", que es la altura promedio del tercio de las olas más grandes registradas en un período determinado, generalmente de 10 minutos.
Podría haber alguna ola de 20 metros al oeste de Irlanda
La predicción de nuestro modelo de cabecera para este fin de semana indica que las olas más grandes que dejará Ashley se concentrarán en el Atlántico norte, al oeste de Irlanda y al noroeste del Reino Unido.
Se espera que durante las horas centrales del domingo algunas de las olas más altas superen los 19 metros. Este episodio de ciclogénesis explosiva levantará un oleaje muy peligroso y gigantesco en estas costas, afectando no solo a las embarcaciones, sino también a las áreas costeras expuestas.
España, aunque no se verá directamente afectada por la borrasca Ashley, sí sentirá algunos efectos indirectos, especialmente en Galicia. Aquí, se esperan algunas olas de hasta 8 metros, lo que representa un pico considerable, aunque lejos de las dimensiones que se verán más al norte.
¿Cuáles han sido los registros de olas más grandes en el Atlántico Norte?
El Atlántico Norte ha sido históricamente escenario de algunas de las olas más gigantescas jamás registradas. El récord oficial homologado por la OMM data de 2013, cuando una boya en alta mar midió una ola de 19 metros entre Reino Unido e Islandia.
La medición fue realizada por la red de estaciones meteorológicas marinas del Reino Unido, un sistema crucial para el seguimiento de eventos oceánicos severos. Antes de este récord, en diciembre de 2007, otra boya del Atlántico Norte había registrado una ola de 18,275 metros.
No obstante, hay olas puntuales conocidas como "freak waves"u "olas monstruo" que han alcanzado alturas superiores, y que se forman bajo condiciones extremas, como las provocadas por ciclogénesis explosivas. En nuestro país, el récord de mayor ola individual se registró en enero de 2014, durante el Día de Reyes, cuando la boya de Villano-Sisargas, en Galicia, midió una ola de 27,81 metros, la más alta jamás registrada en aguas españolas.
Este fin de semana, el Atlántico Norte volverá a mostrar su fuerza, pero en principio estará complicado que se bata el récord oficial vigente. Y aunque las olas más imponentes se concentrarán en las costas de Irlanda y el Reino Unido, también dejarán su huella en las costas del noroeste peninsular.