Cambio radical de tiempo en España: la inestabilidad gana peso en la predicción de Meteored, ¿cómo podría afectarnos?
La dorsal anticiclónica que nos acompaña desde hace más de una semana empieza a dar signos de debilitamiento, y en unos días podría producirse un importante cambio de patrón meteorológico en España.
La dorsal anticiclónica que nos acompaña ya desde hace casi dos semanas no nos abandonará a corto y medio plazo, por lo que seguirá predominando el tiempo estable en prácticamente todo el país, con nieblas, altos niveles de contaminación en las ciudades, inversiones térmicas y temperaturas agradables o suaves durante las horas centrales del día.
La dorsal empieza a dar señales de debilitamiento
Sin embargo, empieza a verse luz al final del túnel a largo plazo, y como ya explicamos hace unos días en Meteored parece que de cara al 8-10 de febrero podría producirse un cambio de patrón meteorológico que podría traer lluvias abundantes en algunas zonas y nevadas en las montañas. Al hablar de plazos tan largos la incertidumbre es enorme y sólo podemos realizar algunas aproximaciones muy generales y en clave probabilística.
Aunque en lo que queda de semana la dorsal dominará el panorama meteorológico, se observan algunos signos de debilitamiento. En primer lugar, una débil DANA ha conseguido abrirse paso estos días entre el gigantesco "escudo antiborrascas", situándose entre Azores y Madeira, configurándose una situación en omega.
Esta DANA se vería reabsorbida por el chorro polar, quedando una vaguada que poco a poco iría erosionando el flanco occidental de la dorsal y desplazándola hacia el Mediterráneo. Con el empuje de las borrascas atlánticas, la cresta anticiclónica finalmente cedería y la vaguada o depresión en altura cruzaría la Península de oeste a este a principios de la semana que viene, y a partir de aquí se abren varios escenarios.
Las borrascas podrían acercarse más a la Península
A día de hoy, nuestro modelo de cabecera no descarta que a partir del 8 de febrero pueda establecerse un patrón de NAO- durante unos días, con borrascas circulando más al sur que en estas últimas jornadas, por lo que podrían aproximarse más a nuestro territorio y los frentes llegarían bastante activos, especialmente a la vertiente atlántica. Con este escenario la costa mediterránea de nuevo se quedaría al margen de las precipitaciones abundantes.
Parece que las profundas bajas atlánticas transitarían más cerca de la Península, pero el chorro polar presentaría ondulaciones que podrían traducirse en la formación de anticiclones de bloqueo o burbujas cálidas en alturas en latitudes más septentrionales, lo que favorecería el tránsito de borrascas más al sur o la posible llegada de masas de aire polar o ártico hacia nuestro territorio.
E incluso podría haber una interacción entre el aire frío procedente de Europa y el aire más templado y húmedo del Atlántico, que podría dar lugar a una situación de lluvias y nevadas importantes en algunas zonas del continente europeo. No obstante, los mapas dibujan varios escenarios posibles y habrá que ir concretando en las siguientes jornadas.
A la espera de la nieve y de algún temporal de levante
Como ya explicamos hace unos días, la innivación en nuestras cordilleras está en mínimos, presentando las montañas un aspecto más propio de mayo que de estas fechas, y conviene no olvidar el papel que juega el agua del deshielo en los meses tardoprimaverales y en verano en estos lugares. Febrero y marzo podrían ser salvar la situación, algo que ya ha sucedido otros años.
También va a haciendo falta un buen temporal de levante que acabe regando Cataluña y Andalucía, donde la situación es crítica debido a la sequía que ya se prolonga desde hace varios años, aunque en buena parte de la costa mediterránea necesita también un importante episodio de lluvias generales tras un otoño y primera parte del invierno extremadamente secos. Veremos qué nos depara "febrerillo el loco".