La borrasca se aproxima y disparará el desarrollo de fuertes tormentas

La borrasca atlántica que ha hipnotizado a los expertos con su giro, estando a punto de conseguir características subtropicales, se adentrará en la Península Ibérica dejando fuertes tormentas.

Rayo
Las tormentas irán a más en las próximas horas y días fruto del acercamiento de la borrasca y el incremento del aire frío en altura.

Una borrasca atlántica lleva días estacionada al oeste de la Península. Allí gira una y otra vez, tomando una estructura realmente curiosa a vista de satélite, con nubes convectivas cercando el mínimo depresionario que ronda los 1004 hPa. Resulta llamativa porque su aspecto tienta a mirar los análisis sobre las características subtropicales que presenta. Y esto aquí no nos debería ocupar, ¡es más de otras latitudes!

El ciclón recuerda a otras formaciones pasadas que acabaron en sorpresa, con un radio de acción muy extenso y una amalgama de pequeños frentes que rodean ese mínimo. No será un nuevo caso Alpha, pero se quedará muy cerca de tener un núcleo cálido, y tras los últimos extremos meteorológicos ya casi nada sorprende.

La depresión irá acercándose con el paso de las horas mientras se debilita, entrando el sábado por Portugal ya como un actor secundario, porque en ese momento lo que de verdad alentará el desarrollo de las nubes será el aire frío en altura. Bien es cierto que la humedad arrastrada por la borrasca también será parte activa de las tormentas intensas que se prevén, especialmente, en el noroeste peninsular.

Tormentas en las montañas del norte y este de la península

En las próximas horas los chubascos asumirán el papel protagonista en Galicia, oeste de Castilla y León, sierras del extremo norte peninsular y puntualmente, también, en las montañas de la vertiente mediterránea. De hecho, no se descarta que el sistema Ibérico dispare algunos de los núcleos tormentosos más intensos del día, aunque parece que el macizo Galaico y el Pirineo occidental se llevarán la peor parte. También lloverá de forma débil en el interior de las islas Canarias de mayor relieve. En el resto lucirá el sol entre nubes altas. Este mediodía las temperaturas se mantendrán sin cambios o bajarán ligeramente, salvo en zonas del País Vasco o Málaga donde el refrescamiento será más notable.

Mañana comenzará el día con lluvias en el tercio oeste de la península, extremo norte y medianías de Canarias, y acabará con una horda de chaparrones en Galicia, Asturias, Cantabria y Pirineos. También se registrarán precipitaciones en otras sierras del norte y este peninsular, en algunos casos acompañadas de tormentas, pero ya serán más débiles y puntuales. No se descarta algún chubasco débil en Baleares, en este caso con abundante barro. Poco nuboso en el resto. Las temperaturas seguirán sin grandes variaciones.

El fin de semana comenzará con la irrupción de la borrasca

El sábado llegará la borrasca al noroeste peninsular y provocará el desarrollo de abundantes nubes que dejarán, de nuevo, aguaceros en Galicia, oeste de Castilla y León y gran parte del extremo norte peninsular, sobre todo en zonas de montaña. Aparecerán nubes de evolución diurna en los relieves del este de la Península hasta dejar algunos chubascos puntuales. Además, habrá bastante calima a orillas del Mediterráneo. El ambiente seguirá siendo caluroso, excepto en el cuadrante noroccidental donde será fresco.

En la jornada del domingo las temperaturas subirán en gran parte del país y solo quedará algo de inestabilidad residual, con algunos chubascos en el extremo norte peninsular.

Incertidumbres tropicales

En el actual contexto de calentamiento global, se están constatando una serie de cambios en el tiempo que agudizan ciertas preocupaciones. Entre estas últimas entran las relacionadas con los ciclones tropicales y subtropicales, cuyas áreas de acción se están expandiendo. Esto supone un riesgo especialmente para la costa este de Estados Unidos, porque por allí siempre han desfilado cerca, pero ahora más y con mayor envergadura. Hoy la RAM ha publicado un informe del ambientalista Erik Quiroga donde se exaltan esas particularidades.

Quiroga, partiendo del ascenso de temperaturas que pronto podría dejar la simbólica anomalía de +1,5 ºC en el planeta respecto a los niveles preindustriales, habla del agravamiento de las tormentas tropicales o huracanes en el Atlántico. Una mayor temperatura en la atmósfera implica que esta pueda retener más vapor de agua, algo que alimenta a los ciclones y a cualquier tormenta que se tercie. Concretamente, se sabe que cada grado Celsius de calentamiento permite que el aire contenga un 7 por ciento más de agua.

El océano Atlántico arrastra en las últimas fechas una notable anomalía positiva de temperaturas y así, cada evento inestable que parte de sus dominios tropicales o subtropicales despierta ciertas sospechas. Como la actual borrasca.