Vapor de agua para aliviar el calor
Aunque los últimos días no han sido especialmente cálidos, seguramente has necesitado algún respiro. Un espacio donde poder mantenerte fresco y, a poder ser, dotado de un sistema de refrigeración. A parte del aire acondicionado, ¿conoces algún otro?
Hoy en día, los centros comerciales, las oficinas, los domicilios particulares y los distintos medios de transporte cuentan con un sistema de aire acondicionado que mantienen la temperatura suave y agradable en su interior durante la época estival, pero, desde hace un tiempo, se viene utilizando otro tipo de refrigeración que tiene como protagonista el vapor de agua.
El subsuelo de Nueva York delata un entramado de tuberías que refrigera la ciudad
Cada vez son más las ciudades que están superpobladas, masificadas y con edificios de gran altura que complican los sistemas de refrigeración de las viviendas, las oficinas y los comercios. La ciudad de Nueva York es el ejemplo más claro de cómo un espacio tan sumamente intensificado puede mantenerse caldeado durante el invierno y refrescado durante el verano mediante un sistema de vapor urbano. El más grande del mundo, por cierto.
Este sistema está formado por un entramado de tuberías que recorre prácticamente todo el subsuelo del área metropolitana de Manhattan -más de 105 millas- y por el que distribuye vapor para calentar, enfriar y suministrar energía a cada espacio interior de hogares, hospitales y comercios, además de edificios tan emblemáticos como el Empire State Building, la Grand Central Terminal o la sede de las Naciones Unidas. Lo que le hace tan especial es que el centro de la ciudad está gestionado por un mismo sistema de calefacción y refrigeración para todos, al mismo tiempo, y no que cada espacio cuente con el suyo propio y de forma autónoma,como tenemos en nuestro país. De ahí su importancia.
Uno de los detalles más característicos de este sistema -y de la ciudad de Nueva York- es la presencia de unas columnas inmensas de vapor que salen de las alcantarillas, las cuales no son más que el resultado del agua externa al entrar en contacto con las cañerías de vapor caliente -y no de los túneles del metro, como muchos creían-. Por su parte, cuando se produce una fuga en una de estas tuberías, para su reparación, se utiliza una especie de chimenea con rayas naranjas y blancas que emana enormes nubes de condensación hacia el exterior y protege, así, a conductores y viandantes del contacto con él.
Por otro lado, este sistema es tan interesante porque se ha demostrado que la cogeneración que se produce - procedimiento por el cual se obtiene, simultáneamente, energía eléctrica y energía térmica útil- incrementa significativamente la eficiencia del uso de combustibles y, por consiguiente, reduce la emisión de contaminantes -tales como NOx, SO2 o CO2- y la huella de carbono de la ciudad. Pero no todo es positivo, pues, desde 1987, se han registrado al menos 12 explosiones en cañerías de vapor, cuestionándose desde entonces cuán seguro es este tipo de sistema de calefacción y refrigeración.
Refrescando calles, terrazas y centros comerciales
En España, por su parte, desde hace unos años, se ha popularizado el uso de los llamados pulverizadores, vaporizadores, nebulizadores o sistemas de microclima. Aquellos difusores de vapor de agua que sueles encontrar en las terrazas de bares y restaurantes, en los pasillos de algunos centros comerciales y hasta en algunas instalaciones deportivas, con el único fin de mantener un poco más fresco el ambiente gracias a la acción de la evaporación del agua.
Para ello, se utiliza un sistema de conductos de agua líquida que la expulsan nebulizada -en forma de vapor- y permiten que la temperatura ambiente descienda ligeramente gracias al cambio de estado del agua que transforma el calor del ambiente en energía -aunque, en consecuencia, aumenta la humedad relativa del aire-. Una de las formas de poder intensificar esta sensación térmica es mediante el uso de ventiladores, los cuales permiten, mediante el efecto de la velocidad del aire, expandir la pulverización del agua e incrementar la sensación de frescor.
Curiosamente, existe un grupo de detractores de este sistema de climatización pues genera ciertas dudas sobre su higiene y posibles efectos colaterales para la salud, ya que no es la primera vez que se detectan casos de legionella y salmonella en personas que han sido expuestas a sistemas de pulverización con una deficiente higiene. Estas bacterias, por tanto, son protagonistas en ambientes húmedos y calurosos y, si los nebulizadores no tienen un mantenimiento correcto de desinfección y control del agua a evaporar, puede correr el riesgo de desarrollarse y propagarse a discreción. Hoy en día, tal riesgo, es cada vez menor.