Oymyakon: El lugar habitado más frío del planeta
Situado al este de Siberia, a unos siete mil kilómetros de Moscú, la localidad de Oymyakon, cuyo nombre significa “agua que no se congela”, alcanza temperaturas extremas durante todo el invierno.
Suelos con una capa de hielo y mercados de pescado congelado al aire libre son parte del día a día de los 450 habitantes de este territorio de la República de Sajá (Rusia), donde los estudiantes acuden a clase hasta que las temperaturas bajan de los -52°C. Tampoco se libran de la jornada laboral los adultos, que acuden a diario a trabajar en sus coches a los que nunca se les detiene el motor, ni de día ni de noche, pues existe el riesgo de que no puedan arrancarlo porque la gasolina se haya congelado.
Este invierno, las temperaturas han alcanzado los -62°C, pero muchos vecinos aseguran que llegaron a estar a menos 68 grados, temperatura que el termómetro de la estación de meteorología no registró porque dejó de funcionar del mismo frío.
Oymyakon está habitado desde la época de la Rusia comunista (siglo XX), cuando el gobierno soviético convirtió Oymyakon en un asentamiento permanente. Antes era sólo una parada para los pastores nómadas que descansaban con sus renos junto a las aguas termales del manantial homónimo.
La temperatura más baja registrada en Oymyakon hasta ahora, se dio en 1926, cuando se registraron -72,1ºC, la temperatura más baja de una aldea habitada del hemisferio norte. Sin embargo, ésta no es la cifra térmica más baja de la historia. Ésta se alcanzó en 1983, en la base Vostok de la Antártida, cuando el mercurio bajó hasta los -89,2ºC.
Al contrario de lo que se pueda pensar, los habitantes de este pueblo detestan el frío. Durante el invierno, pasan la mayor parte del tiempo en sus casas leyendo o viendo la televisión, y cuando tienen que ir al baño no les queda otra opción que acudir a una pequeña cabaña construida junto a la casa, pues las tuberías reventarían debido a las extremas temperaturas.
Para pescar es necesario hacer un pozo hasta llegar al agua del río, que corre a gran velocidad y gracias a ello mantiene su estado líquido. Los peces, al ser retirados del agua, se congelan en apenas veinte segundos. Las vacas sólo dan leche entre los meses de junio a octubre; el resto del tiempo, el frío extremo impide el ordeñe y sus ubres deben ser cubiertas con fundas de cuero para que no se dañen.
Finalmente, hay que destacar a los aventureros que quieran visitar la zona, que los vehículos que llegan a Oymyakon deben estar especialmente equipados con cristales dobles para impedir el ingreso del aire helado al interior.