Los cambios bruscos de temperatura pueden provocar partos prematuros
Un embarazo normal dura alrededor de 40 semanas, pero hay numerosos factores internos, externos, directos e indirectos que pueden alterarlo y provocar un nacimiento antes de lo normal. ¿Sabías que los cambios bruscos de temperatura es una de las causas?
Nos encontramos ante un final de verano bastante interesante, las altas temperaturas han experimentado un descenso bastante acusado en muchos puntos del país y, a su vez, las tormentas no han dejado de ser las protagonistas, es por ello que una mujer embarazada pueda sentir que su cuerpo está sufriendo cambios no demasiado aconsejables.
Si estás llegando a la recta final de tu embarazo, evita los cambios de temperatura
Diversos expertos lo confirman, los cambios bruscos de temperatura respecto a la temperatura de confort o temperatura normal -ambiental y corporal- pueden provocar partos prematuros -es decir, antes de la semana 37 de embarazo-. Se desconoce por qué los extremos de frío o calor pueden influir en el riesgo de parto temprano, sin embargo, ciertos investigadores tienen la teoría de que el estrés de las temperaturas extremas podría obstaculizar el desarrollo de la placenta e, incluso, alterar el flujo sanguíneo al útero, lo que sin duda conduciría a un parto prematuro.
Cuando hablamos de cambios de temperatura nos referimos, por ejemplo, al contraste que se experimenta con un baño muy caliente, una sauna, los baños de vapor (tipo turco) o a masajes que impliquen el uso de vendas calientes, y es que elevar a más de 38,9º C la temperatura corporal -el límite de seguridad para el feto- puede alterar los ritmos normales, propiciar un posible parto prematuro y, en los peores casos, generarle ciertas malformaciones o perderle.
Por no mencionar las consecuencias negativas que pueden provocar las temperaturas ambientales extremas en las mujeres embarazadas -especialmente las del tercer trimestre de embarazo-, como deshidratación o alteraciones en la sangre, debido a los cambios hormonales y al mayor esfuerzo para realizar sus actividades cotidianas.
Ejemplo de ello lo encontramos en la Universidad de Montreal (Canadá), donde un estudio concluyó que las olas de calor -que se producen en este área- podían afectar a la duración de los embarazos y adelantar el parto. En él se determinó que las temperaturas superiores a los 32º C, durante 3 días seguidos, aumentaban en un 17% el riesgo de parto prematuro antes de la semana 37 de gestación, y si esta temperatura elevada duraba entre 4 y 7 días, el riesgo alcanzaba el 27%.
La zona geográfica influye en los partos prematuros
Obviamente, no podemos generalizar y decir que, a partir de un determinado umbral de temperatura, una mujer embarazada puede dar a luz de forma prematura, influyen multitud de factores y, entre ellos, destaca especialmente el de la ubicación geográfica y el clima. Es por ello que, un estudio del National Institutes of Health (NIH) haya determinado que vivir en un área muy fría o muy calurosa durante las 7 primeras semanas de embarazo aumenta el riesgo de sufrir un parto precoz.
Llegaron a la conclusión de que “las mujeres que experimentaron temperaturas extremadamente frías durante este período tenían un riesgo 20% mayor a tener un parto antes de la semana 34 de embarazo, 9% mayor entre la semana 34 y 36, y un 3% mayor en la semana 37 y 38. Mientras que vivir en lugares extremadamente cálidos se vinculó a un riesgo entre el 6% y el 21% mayor entre la semana 36 y la 38”. A su vez, determinaron que el aumento del número de días calurosos extremos debido al cambio climático podría conducir a aumentos en la tasa de nacimientos prematuros.