Los 5 tornados más destructivos registrados en España
Los tornados registrados el sábado en Almería y Girona han vuelto a poner sobre el tapete a estos fenómenos en España. ¿Son tan extraños como parecen? Descubre los más intensos que se han registrado en nuestro país.
Este fin de semana ha tenido unos protagonistas inesperados: los tornados. En la jornada del sábado un vórtice destrozó 400 hectáreas de invernaderos en Almería, y otro produjo numerosos daños en las localidades gerundenses de Cistella y Terrades. Estos fenómenos son más habituales de lo que a priori puede parecer. Nuestra historia reciente, y no tan reciente, cuenta con eventos tornádicos que han asolado barrios enteros.
El mayor tornado de la historia de España, en Cádiz
El 15 de marzo de 1671 una intensa tormenta llegó a la capital gaditana desde el Atlántico. En su recorrido, de oeste a este, según las crónicas de la época dejó fortísimos aguaceros y un evento tornádico sin parangón. El tornado destruyó numerosos barcos, tiró abajo casi un tercio del caserío de Cádiz y provocó más de 60 fallecidos, secunda el archivo de efemérides de la AEMET. Este episodio es conocido como “el huracán de Cádiz”.
Así lo describe Fernández Duro, capitán de navío y escritor del siglo XIX, en su libro “Armada Española”. A tenor de la investigación del erudito zamorano, el tornado en apenas unos minutos levantó los tejados de las casas, arrancó rejas y derribó muros de gran espesor asolando todo lo que encontraba a su paso. La anchura de la zona devastada, al parecer, fue de unos 300 o 400 metros, que podría corresponder al monumental diámetro del torbellino.
12 de mayo de 1886, el “ciclón” de Madrid
La tarde del 12 de mayo de 1886 deparó una extraordinaria y catastrófica tormenta en Madrid. El cielo pardusco, con nubes desaliñadas y retorcidas, deparó un enorme tornado que causó 47 víctimas e innumerables destrozos en casas, jardines y parques. Las zonas más afectadas fueron Carabanchel Alto y Carabanchel Bajo, que por entonces eran municipios independientes, pero también otras muchas de la capital.
Algunos análisis, a partir de los escritos históricos, otorgan al vórtice rachas de viento cercanas a los 300 kilómetros por hora. En la escala Fujita, el tornado se encuadraría entre las categorías F3 o F4. Más que suficientes para dejar serios desperfectos en el Casón del Buen Retiro y arrasar unos 400 árboles del Jardín Botánico y del parque. La Puerta del Sol y las calles aledañas se inundaron por la intensa lluvia de la, más que probable, supercélula.
El tornado que tumbó el Avión Bar de Sevilla
Avanzaba el 27 de diciembre de 1978 en el Aeropuerto de Sevilla cuando un majestuoso cumulonimbo tomó pista. Poco antes de las 12 del mediodía las nubes empezaron a arremolinarse y tocaron suelo, a unos centenares de metros de la cafetería del Avión Bar. “El cielo se puso negro y de repente oímos un fuerte silbido. Vimos como aquello venía hacia nosotros. De pronto, nos envolvió, rompió los cristales y tiró el avión”, relató uno de los camareros horas más tarde al periódico ABC.
El tornado rompió los anclajes de cemento que mantenían estático al avión que servía de restaurante. En unos segundos la aeronave acabó a un puñado de metros del edificio al que permanecía unida y se resquebrajó. Además, el torbellino causó daños en más de 75 automóviles que estaban estacionados en el parking y destruyó diversas estructuras metálicas, tejados y árboles robustos, según la AEMET.
El F3 del Maestrazgo
El 28 de agosto de 1999 la turolense Sierra del Rayo, en el Maestrazgo, hizo honor a su nombre desatando una violenta tormenta. A partir del mediodía las nubes empezaron a crecer enroscándose sobre las montañas, que horas antes habían registrado temperaturas de hasta 34ºC. Estas últimas, entremezcladas con una vaguada que se disponía en Pirineos, dejaron un caldo de cultivo fenomenal para el desarrollo de los cumulonimbos.
Por la tarde un enorme sistema convectivo generó un tornado que dejó un rastro de destrucción a lo largo de 12 kilómetros de pinar entre los términos municipales de Fortanete, Mosqueruela y Cantavieja. El ancho del trazo inicialmente llegó a ser de 500 metros y el viento partió todos los pinus silvestres con una intensidad de F3. Las ráfagas máximas debieron llegar a los 300 kilómetros hora. Afortunadamente no afectaron a ninguna zona habitada.
La tormenta de “intensidad desorbitada” en Mallorca
Entre que apareció el terrible cumulonimbus arcus por el suroeste de Mallorca, el 4 de octubre de 2007, y cayó la última gota pasaron poco más de 30 minutos. En ese tiempo cayeron decenas de litros por metro cuadrado (hasta 40mm), se produjo un vendaval y se avistó al menos un tornado. El observatorio de la AEMET -INM aún en aquella fecha- ubicado en el aeropuerto de Palma registró una racha máxima de 109km/h y 107km/h el de Pollença. Sin embargo, se estima que el torbellino llegó a dejar ráfagas cercanas a los 180km/h. Según la delegación de la antigua INM, la tormenta presentó una "intensidad desorbitada".
El tornado afectó de lleno a Palma de Mallorca, cosa que magnificó los daños materiales que acabaron segando la vida de una persona. La tormenta a su paso dejó cerca de 1000 rayos, y 160 impactaron en tierra en 10 minutos. Las torres y los cables de alta tensión derribados dejaron sin luz a 8500 hogares.