Las nevadas de abril en España
Abril tiene un cariz plenamente primaveral. El entretiempo, como alternancia de días más cálidos y frescos, en ocasiones sorprende con envites de aire gélidos de invierno. Hablamos de las nevadas tardías más importantes.
Abril es un mes en el que las masas de aire se desplazan con gran rapidez y se pueden suceder los primeros periodos cálidos de la primavera con otros de frío intenso, ya que aún hay mucho aire frío almacenado en el norte de Europa y, si éste viaja hacia el sur, pueden registrarse temperaturas invernales y nevadas en cotas bajas. A lo largo de las últimas décadas, nuestro país ha tenido varios episodios de nevadas importantes durante este mes metido ya de lleno en la primavera.
Abril de 1958: La mayor nevada tardía de los últimos tiempos
En abril de 1958 sucedió algo extraordinario. A partir del día 6 se inició una invasión de aire frío de origen polar que persistió hasta el día 10 con heladas que dañaron muchos cultivos. El día 11 una bolsa de aire extremadamente fría, centrada sobre Alemania, fue viajando hacia el sur. Al día siguiente ya se encontraba sobre Francia y el 13 se instaló entre el Cantábrico, Galicia y el norte de Portugal. Los vientos heladores del norte provocaron nevadas en Santander y San Sebastián. En el monte Igueldo se registraron -0,4°C y en Sevilla, al día siguiente, una mínima de 1°C.
Lo insólito fue el giro del viento a levante entre Catalunya y Málaga, que mezcló ese aire húmedo con la masa fría. El resultado fueron insólitas nevadas de 50 a 80 centímetros en todas las montañas de la costa mediterránea española a partir de los 500 metros de altura. También nevó en Girona. Fue la nevada tardía más importante del siglo XX. Esa primavera fue excepcional por la combinación rápida de masas de aire de temperatura diferente. Entre los días 5 y 10 de mayo, una burbuja de aire del norte de África provocó temperaturas superiores a los 35° en zonas donde tres semanas antes estaban bajo cero.
Nevada de abril de 1973: El Tibidabo se cubre de blanco
El hecho de que no hubiera olas de frío aquel invierno permitió que éste quedara acumulado en áreas polares. A primeros de Abril la corriente en chorro se onduló y una masa de aire muy estable se situó en forma de anticiclón de bloqueo en el Atlántico norte. Simultáneamente un área de bajas presiones se formó sobre Escandinavia. Entre ambos centros de acción un pasillo de aire proveniente del Polo Norte abatió sobre el oeste de Europa. Y además, en el movimiento de piezas meteorológico una depresión formada sobre la Península Ibérica entró en escena.
Las bajas temperaturas en todas las alturas de la troposfera, junto con la inestabilidad, fue el desencadenante de las nevadas intensas en lugares poco habituales en fechas tan avanzadas. En Barcelona la bajada de temperaturas fue contundente. Como ejemplo, en el Observatorio Fabra el día 7 de Abril tuvieron 18,3ºC de máxima y 13,3ºC de mínima con un día soleado. Dos días más tarde la máxima no pasaba de 3,8ºC y la mínima era de 0,8ºC con el cielo cubierto todo el día y con nieve que llegó a acumular 12 centímetros.
La gran nevada del 16 de Abril de 1994 en el Mediterráneo español
En el interior oriental del península Ibérica, el mes de Abril del 94 comenzó más frío y seco de lo normal, con heladas tardías. No obstante, a mediados del mes comenzó un periodo de lluvias muy beneficioso (a nivel cultivos) que alivió momentáneamente la sequía invernal de aquel año.
El día 15 de Abril fue lluvioso con temperaturas más bajas de lo normal en alturas superiores a los 500 metros (entre los 5 y 10ºC de máxima). A partir de la noche paró de llover y sobre las dos o tres de la mañana, ya del día 16, comenzó a nevar en gran parte del interior de la fachada mediterránea y continuó haciéndolo durante gran parte del día. Numerosas poblaciones de la provincia de Albacete, Cuenca, interior de Murcia y de la Comunidad Valenciana llegaron a acumular espesores de 30 a 50 cm por encima de apenas 500 mts de altitud, siendo todavía superiores en las zonas de sierra.
El inicio de la primavera 2018 está siendo bastante revuelto y relativamente frío en gran parte de España, pero como hemos podido comprobar a través del presente artículo, en el pasado se han vivido multitud de episodios que nos devolvieron a la crudeza invernal en fechas plenamente primaverales.