Las estaciones: causas del rompecabezas meteorológico
Los motivos principales de los cambios de tiempo que se producen a lo largo del año los tenemos que buscar fuera de nuestra atmósfera, en el Sol y en el movimiento de la Tierra respecto del astro rey.
Nuestro planeta está dotado de dos movimientos astronómicos principales. Por un lado, el movimiento de rotación, en 24 horas, efectuándose de oeste a este y provocando un movimiento aparente del Sol y los demás cuerpos celestes en sentido inverso. Y por otro, el movimiento de traslación alrededor del Sol, en algo más de 365 días. En este movimiento nuestro planeta describe una órbita elíptica, casi circular, estando el Sol en uno de los focos. Cuando nos encontramos más cerca de él -mes de enero- estamos a 147.7 millones de kilómetros, es el perihelio; y en el momento más alejado -mes de julio- la distancia es de 152.2 millones de kilómetros, es el afelio.
Otro punto importante a tener en cuenta es la inclinación de 23º 27' del eje imaginario de rotación terrestre con respecto a la eclíptica, o plano que forma nuestra órbita alrededor del Sol. Todas estas cosas provocan las estaciones, la sucesión de días y noches y las diferencias de temperatura consiguientes entre los distintos puntos de nuestro planeta, dando lugar a todos los fenómenos meteorológicos que conocemos.
Las cuatro estaciones
Desde niños sabemos que el año tiene cuatro estaciones: primavera, verano, otoño e invierno. Las dos primeras componen el medio año en que los días duran más que las noches, mientras que en las otras dos las noches son más largas que los días. A causa de la inclinación del eje de rotación, estas cuatro divisiones del año no se producen al mismo tiempo en ambos hemisferios, sino que están invertidas el uno con relación al otro; cuando aquí, por ejemplo, es otoño, en el hemisferio austral es primavera.
Las estaciones están determinadas por cuatro posiciones principales, opuestas dos a dos simétricamente, que ocupa la Tierra durante su recorrido entorno al astro rey y que reciben el nombre de solsticios y equinoccios. Hablemos ahora de estos últimos dejando la descripción de los otros dos puntos para próximas fechas.
El equinoccio o “noche igual”
El comienzo astronómico de las estaciones viene dado, por convenio, cuando nuestro planeta se encuentra en unas determinadas posiciones en su órbita alrededor del Sol.
En el caso del otoño esta posición es desde la que el centro del Sol, visto desde la Tierra, cruza el ecuador celeste en su movimiento aparente hacia el sur. Cuando esto sucede, la duración del día y la noche prácticamente coinciden, y por eso, a esta circunstancia se le da el nombre de equinoccio o “noche igual”.
El equinoccio de otoño de este año comenzará el 22 de septiembre a las 22:02 hora oficial peninsular, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional (Instituto Geográfico Nacional -Ministerio de Fomento-). Su duración será de 89 días y 20 horas, y terminará el 21 de diciembre con el comienzo del invierno. Las posibles fechas del equinoccio de otoño se pueden dar, a lo sumo, entre los días 20 y 24 de septiembre.
Esta es la época del año en que la longitud del día se acorta más rápidamente, siendo esta disminución especialmente apreciable por las tardes. En nuestras latitudes cada jornada hay, aproximadamente, tres minutos menos de luz solar.
Por el contrario, el equinoccio de primavera se produce cuando el centro del Sol cruza el ecuador celeste hacia el norte, siendo sus posibles fechas entre el 19 y el 21 de marzo. Nuevamente se igualan las noches y los días. Es la época del año en que la longitud del día se alarga más rápidamente. A las latitudes de la península, el aumento es de casi tres minutos cada día.