La máquina que venció al tiempo
En 1950, la computadora electrónica ENIAC ejecutó un modelo simple de atmósfera que permitió disponer de la primera predicción numérica del tiempo de la historia.
El 15 de febrero de 1946, se presentaba al mundo ENIAC (acrónimo de Electrical Numerical Integrator And Calculator), el primer computador electrónico de la historia. Construido en la Universidad de Pennsylvania (EEUU), pesaba 27.000 kg, ocupaba una superficie de 167 m2 y tenía 17.468 válvulas de vacío, varias de las cuáles –no pocas– se estropeaban cada día, lo que obligaba a las seis mujeres que se encargaban de su programación a cambiarlas; una operación que llevaba su tiempo y obligaba a detener la máquina. A pesar de las dificultades, en 1950 ENIAC pudo llevar a cabo la primera predicción numérica del tiempo de la historia.
Esa predicción fue bastante mejor que la que hizo, a mano, el matemático inglés Lewis Fry Richardson (1881-1953) varias décadas antes, a pesar de lo elemental del modelo numérico usado para poner a prueba las capacidades de ENIAC. Este hito marcó el camino a seguir a sus responsables y a los que siguieron sus pasos. El meteorólogo estadounidense Jule G. Charney (1917–1981), con la ayuda del matemático John von Neumann (1903-1967) y del noruego Ragnar Fjörtoft fueron los padres de la criatura. Eligieron para ello un modelo meteorológico que algunos años antes había propuesto el meteorólogo sueco Carl-Gustaff Rossby (1898–1957). Se trataba de un modelo de atmósfera muy simplificado, que limitaba el movimiento del aire al plano horizontal.
El área de predicción empleada contenía toda América del Norte, incluyendo una porción estrecha del océano Pacífico, al oeste, y una algo mayor del Atlántico, al este. La rejilla del modelo bidimensional tenía 15 x 18 puntos, con una resolución espacial de algo más de 700 kilómetros. El campo meteorológico elegido fue el de altura geopotencial del nivel de 500 hPa, tomando como variable la vorticidad absoluta. El modelo partió de una inicialización a las 0300 UTC del 5 de enero de 1949 y se ejecutó la predicción a 24 horas vista.
Aquel momento histórico en el que ENIAC se puso a efectuar los cálculos necesarios para resolver las ecuaciones del modelo, tuvo lugar en abril de 1950. Charney y el resto de miembros del equipo emplearon 33 días, con sus respectivas noches, en programar y ejecutar tres predicciones distintas. Lo que les llevó más tiempo fue, sin duda, la programación, para la que contaron con la ayuda de las mujeres que operaban la máquina. Obtuvieron una evolución futura del movimiento medio de la troposfera que se parecía a la evolución real, conocida gracias a las observaciones. Los resultados los publicaron ese mismo año en un artículo de la revista Tellus, lo que abrió el camino a la predicción numérica del tiempo.