La escasez de agua como escenario de película
La sequía está últimamente en boca de todos. Lo vemos en los medios de comunicación, en el nivel de los embalses o en la vegetación. Pero el paisaje es, quien guarda en su memoria mejor que nadie, la falta de agua.
Han servido como escenarios de películas del oeste o incluso emulando al paisaje del planeta rojo para ensayos de misiones espaciales. Los desiertos españoles son consecuencia de la escasez de agua en algunas zonas de nuestro país: el desierto de Tabernas en Almería, los Monegros en Aragón o las Bardenas Reales en Navarra, son los ejemplos más representativos.
Con una precipitación anual entre los 240 y los 550 mm como mucho, estos paisajes se han ido modelando a lo largo de los años. Aunque la falta de agua propicia, en parte, una vegetación pobre en cuanto a cobertura se refiere, ésta es a su vez uno de los principales agentes erosivos, que da lugar a escenas típicas de las zonas más áridas del planeta. Precisamente, las precipitaciones que se dan en estos puntos del país son, a menudo, torrenciales. Esto eleva el poder erosivo del agua. Como resultado tenemos un suelo altamente vulnerable a la erosión y precipitaciones capaces de arrastrar el material superficial. Algo que se ve incrementado en función de la pendiente.
El tamaño de las gotas de lluvia varía entre los 0,5 y los 5 mm de diámetro, y su velocidad entre los 10 y los 35 km/h. Por tanto, una precipitación intensa de una hora de duración, puede llegar a remover 50 m3/ha. en un suelo sin vegetación.
El resultado es un tipo de formación conocida como cárcavas, que son surcos con una profundidad de más de 30 cm. Estas cárcavas conforman los llamados badlands o malpaís. Un paisaje propio de un clima árido en rocas sedimentarias, como son la arcilla, la arenisca o el yeso.
Una debilidad convertida en oportunidad
“El bueno, el feo y el malo”, “La muerte tenía un precio” o “Por un puñado de dólares”, son reconocidas películas americanas rodadas en Almería entre los años 60 y 70. El desierto de Tabernas fue además considerado la capital del spaghetti western, un género muy popular en su época; películas del oeste de directores italianos rodadas en nuestro país.
En Carboneras, se construyó una réplica de la ciudad jordana de Áqaba de principios del S. XX. Todo para servir de escenario de la famosa película Lawrence de Arabia protagonizada por Peter O´Toole en 1962 y considerada una de las mejores películas de la historia. Recientemente incluso, se han utilizado los áridos paisajes españoles en series tan relevantes como Juego de Tronos. En su sexta temporada las Bardenas Reales, situadas al sudeste de Navarra, representan una extensión de desierto y pasto escenario del secuestro de Daenerys.