Fenómenos de película
La meteorología es un recurso muy utilizado en el cine y con un significado mayor de lo que creemos. Puede ambientar una escena de miedo hasta ponernos los pelos de punta o ser la protagonista de una película. Repasamos algunos de los títulos más famosos.
Una de las películas clásicas más famosas del cine fue un fracaso de taquilla en su estreno, pero hoy en día es considerada como una película de culto, e incluso es Memoria del Mundo por la UNESCO. El Mago de Oz (1939) comienza con un fenómeno meteorológico como protagonista, un tornado que arrastra a Dorothy (Judy Garland) desde Kansas hasta una tierra fantástica en la que conoce a unos curiosos personajes. Y no es casualidad que Dorothy se encuentre en Kansas, ya que este Estado está en pleno corazón del conocido ‘Corredor de los Tornados’ o ‘Tornado Alley’ en EE. UU.
Los fenómenos meteorológicos adversos suelen ir asociados en el cine a la tragedia, la tristeza, el suspense o el terror. En Cantando bajo la lluvia (1952), el aguacero que centra la escena final de la película y que incluso llega a inundar parte de la calle, es en cambio, un canto a la alegría y al amor.
En el vídeo: fragmento del momento final de "Cantando bajo la lluvia". Acaba en inundación, pero de alegría y amor.
El resplandor (1980), una película basada en la novela de Stephen King y dirigida por Stanley Kubrick, transcurre en medio de una tormenta de nieve. Un elemento que sirve de escenario para los trastornos de personalidad sufridos por Jack Nicolson y que da como resultado una de las obras más terroríficas de los ochenta.
Un clásico entre los clásicos de los amantes del cine y la meteorología es Twister (1996), una película basada en un grupo de cazatormentas que persiguen un tornado F5. Aunque con algún que otro gazapo, consigue mantener al espectador en tensión y darle el dramatismo propio de estos fenómenos adversos tan devastadores en EE. UU.
Los temporales marítimos también son muy empleados en el séptimo arte como escenario de tragedia. En este caso, con razón. La tormenta perfecta (2000), basada en hechos reales, fue una profunda borrasca extratropical que absorbió en el Atlántico al huracán Grace en su recta final, dando lugar a un nuevo huracán. Este fenómeno ocurrió en 1991 y hundió el pesquero ‘Andrea Gail’. A raíz de esta película ha existido cierto sensacionalismo en los medios de comunicación, nombrando a borrascas que sufren un proceso de ciclogénesis explosiva, como la tormenta perfecta.
Una cinta de índole meteorológica y climatológica es El día de mañana (2004). Una película plagada de fenómenos adversos que sumergen al planeta en un caos. Parte, no obstante, de una teoría no tan alocada: el colapso de la Corriente Termohalina, la gran cinta transportadora de agua entre la superficie y las profundidades marinas.
Geostorm (2017) es una de las películas más recientes y por tanto una de las más tecnológicas. Está ambientada en un escenario futuro, aunque cercano (2019), con una serie de satélites capaces de controlar el clima como protagonistas. Una película al más puro estilo yanqui. A esta lista podemos sumar muchos títulos más, algunos para el recuerdo y otros para el olvido.