En Canadá cuesta más contaminar
Canadá se activa para luchar contra el cambio climático penalizando la quema de combustibles fósiles con un impuesto al carbono. ¿Llegará a España?
Justin Trudeau, el primer ministro canadiense, está de moda. En realidad lo ha estado casi siempre desde su nombramiento. Sus palabras llenan portadas y son analizadas, quizás, con algo más de interés que las de otros líderes mundiales. Sin entrar en política, creo que el carácter contundente y un poco disruptivo de sus afirmaciones –en comparación con las de sus socios- es lo que lo hace especial. Para muestra un botón. En 2016 hacía estas categóricas declaraciones: “No hay refugio contra el cambio climático. Es real y está en todas partes….” Y de hecho, vaya si se tomó en serio lo de luchar contra el cambio climático.
Sabemos que el CO2 es un gas de efecto invernadero. Eso significa que es capaz de absorber la radiación infrarroja emitida por la Tierra permitiendo que ésta vuelva a reirradiarse terminando por aumentar la temperatura media de la Tierra. Es a este gas, resultado en muchos casos de la quema de combustibles fósiles, al que Trudeau le ha declarado la guerra a través de un arma muy poderosa: un impuesto.
Canadá, un país ecológico
El impuesto consiste en penar las emisiones de dióxido de carbono empezando con un precio de 10 dólares canadienses (6,5 euros) por tonelada equivalente de CO2 este año, e irlo incrementando hasta alcanzar la cifra de 50 dólares canadienses en 2022. Esta medida no resulta novedosa en un país altamente concienciado con el cuidado del medioambiente. En 2008, la provincia canadiense de Columbia Británica lo aplicó desde 10 dólares por tonelada hasta los 30 dólares canadienses en 2014 y su economía creció en el mismo periodo un 12%.
En la actualidad la tasa se aplica ya en 4 provincias (Columbia Británica, Alberta, Ontario y Quebec) que suponen el 80% de la población del país aunque el recién electo gobierno del primer ministro de la provincia de Ontario, el conservador Doug Ford, amenaza con retirar a Ontario del mercado del carbono.
¿España se apuntará a la medida?
Este ejemplo plantea múltiples preguntas: ¿el nuevo ministerio de Transición Ecológica en España tendrá en consideración las propuestas políticas medioambientales canadienses? ¿Veremos algún impuesto asociado a la emisión de CO2 más allá de los adscritos a las emisiones de vehículos? ¿O en realidad será Canadá la que de pasos atrás en su lucha contra el cambio climático? Lo veremos…