El tornado de los tres estados

Estados Unidos es, con diferencia, el país del mundo con un mayor número de tornados al año, algunos de los cuáles producen una gran devastación a su paso y causan la muerte de decenas de personas. El número de víctimas mortales por esta causa es muy variable, ascendiendo algunas temporadas a centenares de ellas, a veces, incluso, debidas a uno solo de esos mortíferos torbellinos. El 18 de marzo de 1925 tuvo lugar uno, bautizado como el tornado de los tres estados, cuya estela de muerte y destrucción no ha sido todavía superada.

Los tres estados en cuestión fueron los del Missouri, Illinois e Indiana, y el tornado que los atravesó fue singular tanto por su gran tamaño, como por su velocidad de desplazamiento –hubo momentos en los que viajó a más de 100 km/h– y su larga trayectoria. Recorrió 350 kilómetros en tres horas y media, y su anchura llegó a superar, en determinados momentos, el kilómetro, borrando del mapa, literalmente, varios pueblos y matando a centenares de personas.

Existen dudas sobre si se trató de un solo tornado o fueron en realidad un racimo de varios de ellos, con un alto grado de organización, que se fueron realimentando. El vórtice se formó hacia la una de la tarde de aquel fatídico día, en las cercanías de Ellington, en el sureste de Missouri. Desde allí y después de cruzar el río Mississippi, el tornado fue recorriendo todo el sur del estado de Illinois, para terminar entrando en Indiana.

Los meteorólogos de aquel entonces, con los medios que tenían a su alcance, seguían la pista a una profunda borrasca que desde el oeste de Canadá se había descolgado con rapidez por las Grandes Llanuras de los EEUU, lo que favoreció el crecimiento de grandes sistemas tomentosos, que se desplazaron con gran rapidez.

No se llegó a emitir ningún aviso de tornado a la población, pero no fue solo por las limitaciones que tenía la predicción meteorológica en aquellos tiempos. En 1925, la palabra “tornado” no formaba parte del vocabulario de los meteorólogos, ya que había sido prohibida en 1887, cuando en EEUU ya se emitían pronósticos, encargándose de ello el Cuerpo de Señales del Ejército de aquel país.

A pesar de que los tornados, con las herramientas predictivas de finales del siglo XIX, eran impredecibles, los meteorólogos se atrevieron con ello y los avisos que emitían crearon una gran alarma social. Para evitar esto, a los profesionales del antiguo Weather Bureau de los EEUU se les prohibió estudiar los tornados e incluso reconocer su existencia en público.

Ha pasado casi un siglo desde que tuvo lugar el tornado de los tres estados y ocupa el primer lugar de la lista de los más mortíferos ocurridos en EEUU desde mediados del siglo XIX, que es cuando se iniciaron de forma sistemática las observaciones meteorológicas. Oficialmente, murieron 695 personas y se contabilizaron dos millares de heridos, muchos de ellos graves. La mayoría de las víctimas mortales -540- murieron en el estado de Illinois.

El tornado destruyó por completo cuatro localidades y más del 50% de otras seis. En total, unas 15.000 casas quedaron destruidas, muchas de las cuáles volaron literalmente por los aires. Los daños se estimaron en 18 millones de dólares de 1925; una cantidad de dinero considerable para la época. El mayor drama humano se vivió en la ciudad de Murphysboro, en Illinois, donde el tornado mató a 234 personas.