Cumulonimbos: un monstruo viene a vernos
Las dimensiones horizontal y vertical de estas nubes son tan importantes que el director de cine, Juan Antonio Bayona, puso nombre a lo que muchos decimos cuando las vemos: “un monstruo viene a verme”.
En el anterior artículo sobre las nubes describimos a los cúmulos, que se pueden considerar como el origen del género cumulonimbo. Este último representa a unos auténticos monstruos de la naturaleza. No pierdas detalle.
Cumulonimbos
Su abreviatura meteorológica es CB. Son las nubes de mayor desarrollo vertical alatravesar los tres "pisos" nubosos. Su base suele encontrarse a unos 800 metros del suelo, llegando la cima, a veces, a alturas cercanas a los 14.000 metros.
Su aspecto es inconfundible: una nube potente y densa, muy alta, con la base muy oscura y a poca altura, incluso con algunas nubes bajas desgarradas, soldadas o no con ella; y precipitaciones, a veces, bajo forma de virga, lo que le confiere todavía un aspecto de mayor oscuridad.
En cambio la totalidad de su cima es de color blanquecino, y toda o por lo menos una parte de ella es alisada, fibrosa y aplastada, extendiéndose a modo de penacho. Es el yunque característico de estas nubes.
Las dimensiones horizontal y vertical de los cumulonimbos son tan importantes que la forma característica del conjunto de las nubes no es visible más que cuando se observan a una distancia suficientemente grande.
Las tres partes internas de un cumulonimbo
La base, extensa, casi plana, de color muy oscuro, formada por gotas líquidas relativamente grandes.
La chimenea o cuello o cilindro vertical, formada por una aglomeración de cúmulos, comparable al penacho que lanza una locomotora y constituida también, casi totalmente, por gotas líquidas, aunque más pequeñas. Es el lugar donde se producen violentas corrientes ascendentes.
El yunque, dilatación de la parte superior de la chimenea en sentido lateral, que da al conjunto semejanza a una gigantesca seta, o, visto de perfil, a un yunque, de donde ha tomado el nombre. Las partes de esta expansión inmediatas a la chimenea son bastante compactas por contener todavía gotas líquidas, aunque ya mezcladas con gotas heladas, cristales sueltos de hielo, granizos y copos de nieve, siendo las partes más externas las que solo contienen cristales de hielo.
La superficie inferior del yunque suele adquirir una particularidad suplementaria muy característica, son las mamma o mammatus, protuberancias colgantes grisáceas que también se podrían dar de la propia base del cumulonimbo.
Podemos distinguir dos procesos en la formación de estas nubes y que darán lugar, respectivamente, a un cumulonimbo convectivo, nube típica de la tormenta de calor, o a un cumulonimbo borrascoso.
Cumulonimbo convectivo
Este tipo de nube puede proceder del desarrollo de grandes cúmulos, cuya evolución ha empezado igual que la de los "cúmulos de buen tiempo", pero que al llegar al punto que para éstos es culminante, en vez de empezar a disminuir, siguen, por el contrario, creciendo verticalmente más y más, remontándose sus cumbres hasta las mayores alturas, nunca alcanzadas por los cúmulos.
Cuando la nube ha alcanzado todo su apogeo, suele entrar en su fase tormentosa y empieza la precipitación, siempre en forma de chubascos de agua o de granizo. La tormenta y el chubasco pueden ser simultáneos o presentarse uno después de otro, ordinariamente en el orden citado, aunque a veces se den a la inversa.
Se trata de una nube local en el sentido de que toda su vida se desarrolla a la vista del observador y, además, solamente puede presentarse durante el verano, pues es debido a un excesivo caldeamiento de la tierra bajo circunstancias atmosféricas favorables.
Cumulonimbo borrascoso
Este tipo de nube difiere solamente del anterior por el modo de producirse, pues las apariencias, una vez desarrollado, son casi las mismas.
Se trata de una nube de gran movimiento, que llega formada, cruza el cielo y se va por otro punto del horizonte; es propia del mal tiempo y suele aparecer en las fases finales de un período borrascoso, pudiendo presentarse en todas las épocas del año, aunque es más frecuente en otoño.
En cualquiera de los dos casos, los cumulonimbos dan precipitaciones muy importantes, normalmente en forma de chubascos muy intensos, acompañados de granizo o pedrisco y según la época del año incluso en forma de nieve, siendo muy frecuentes los fenómenos tormentosos.