¿Cómo afecta la contaminación atmosférica a nuestra inteligencia?
Muchas son las evidencias de la contaminación en nuestra salud. Estudios recientes añaden una más: también afecta a nuestra inteligencia. No te pierdas los sorprendentes efectos.
Los transportes, la agricultura, los incendios forestales o las actividades industriales, entre otras, contaminan el aire de nuestras ciudades. Una consecuencia del modo de vida actual que repercute en la calidad de vida y también en nuestra salud. Según datos de la Agencia Europea de Medioambiente, el 90% de la población urbana en Europa está expuesta a altos niveles de concentración de contaminantes considerados nocivos para la salud. De hecho, la Organización Mundial de la Salud estima que 7 millones de personas mueren cada año debido a la contaminación atmosférica.
Puede provocar y/o agravar enfermedades respiratorias, daños cardiovasculares, irritación de ojos y mucosas, fatiga, daños en el hígado, el bazo, el aparato reproductor o incluso el sistema nervioso. Ahora, un estudio reciente llevado a cabo por científicos chinos y norteamericanos de las universidades de Pekín y Yale y publicado en la PNAS, ha revelado que la exposición crónica a la contaminación atmosférica puede afectar a la función cognitiva del cerebro.
El estudio, realizado con una muestra de 20.000 personas residentes en China entre los años 2010 y 2014, ha dejado patente las consecuencias de la contaminación en la inteligencia humana. Estima que el aire contaminado puede provocar una pérdida equivalente a un año de educación. Afectaría más a la
población mayor de 64 años, de sexo masculino y con un bajo nivel de educación. En ellos, la pérdida sería incluso de varios años.
Esta consecuencia de la contaminación no solo podría notarse a largo plazo, también de forma directa. Se cree que un estudiante que afronte un examen en un día de elevada contaminación puede obtener peores resultados que si lo realizara en un día claro y limpio.
La contaminación acorta la vida
La calidad del aire no solo puede afectar a nuestro estado de salud o a nuestra inteligencia. Otro estudio reciente, publicado en la Environmental Science & Technology Letters, ha revelado que en 2016 la exposición a partículas contaminantes inferiores a las 2,5 micras (PM2.5) redujo la esperanza de vida media al nacer en un año, siendo de 1,1 a 1,9 años en países con gran contaminación atmosférica de Asia y África. De hecho y según este estudio “en EE.UU. el descenso en la esperanza de vida por PM2.5 es sustancialmente mayor que el impacto del cáncer de mama y en Asia excede al impacto que tienen los tipos de cáncer combinados”.
Se puede considerar, por tanto, que la contaminación atmosférica se ha situado a la par de otros factores de riesgo y enfermedades prioritarias.