Anticiclone azzurre, ¿pero qué es eso?
Esas dos palabras italianas pueden hacer referencia a uno de los elementos isobáricos más conocidos en la Península Ibérica, ¿seguro que no os suena? ¡Veamos de qué se trata!
Daré unas pistas, debe su nombre al meteorólogo francés Léon Teisserenc de Bort, lo popularizó nuestro gran Mariano Medina y es el causante, entre otras situaciones meteorológicas, del viento de Levante dominante en el Estrecho de Gibraltar o de los alisios en Canarias.
¡Bravo! Sabía que podía confiar en todos vosotros, exacto, se trata del anticiclón de las Azores y el título está en italiano, para indicar una de las posibilidades de la denominación del actual archipiélago portugués de las Azores, conocido en la baja Edad Media como las islas Azuis, cuyo nombre se considera un aportuguesamiento de la palabra italo/genovesa “azzurre” o azules, en alusión al color que la vegetación original del archipiélago daba en la distancia.
Circulación atmosférica y anticiclones
Ya vimos en este anterior artículo, que la primera célula de la circulación general atmosférica es la tropical o de Hadley y es la que forma la zona de altas presiones superficiales alrededor de los 30º de latitud norte o sur. Se trata del cinturón anticiclónico subtropical. Es una zona de grandes descensos de aire o subsidencias de las capas altas a las bajas, y el anticiclón de las Azores es su reflejo en superficie.
Como buen anticiclón que se precie provoca una zona de estabilidad atmosférica, con poca nubosidad y escaso viento. Su formación suele ser muy extensa, abarcando en muchas ocasiones a la Península Ibérica y con duración de varias semanas.
Lo habitual es que su situación sea cercana al archipiélago de las Azores, de ahí su nombre, y con forma horizontal o en el sentido de los meridianos. Aunque en otras ocasiones se puede colocar de forma vertical o en sentido latitudinal.
Movimiento anticiclónico y su influencia meteorológica
Además de estas posiciones, más o menos habituales, el anticiclón de las Azores no es estático, sino que tiene un movimiento estacional y dependerá de si estamos en verano o en invierno. En todo momento, claro está, puede potenciarse o debilitarse, crecer hacia el norte o el sur, ya que está sometido, como todas las áreas de presión, al movimiento de la circulación atmosférica.
Este movimiento norte/sur tiene una importancia extraordinaria en el clima de la Península Ibérica, ya que a él se debe, en gran parte, el gran contraste existente en la mayoría de las comarcas peninsulares entre el verano y el invierno o entre la parte más septentrional y la meridional.
En verano se sitúa más hacia el norte y cubre una mayor extensión, abarcando a toda la Península Ibérica y al archipiélago balear. Así impide el paso a los frentes y a las borrascas, que se desplazan a latitudes más altas, provocando grandes períodos secos y soleados, con elevadas temperaturas.
En invierno, se mueve ligeramente hacia el sur, dejando paso a las depresiones y dando lugar a un tiempo mucho más variado, con presencia de lluvias y la llegada de masas de aire más frías. Incluso las borrascas pueden entrar de lleno en la Península, con importantes temporales de precipitaciones.
También hay que darse cuenta que al encontrarnos en su lado oriental, es el causante del viento dominante en el área del Estrecho, el Levante, que sopla del este con más o menos intensidad. También de los alisios -del nordeste- que son los vientos dominantes en la zona de las islas Canarias. Y en la Península mantiene un verano relativamente suave y húmedo en la región cantábrica gracias al estancamiento que hace la cordillera Cantábrica de los vientos del sector norte durante el estío.