A partir de ahora, mejor por la sombra
Avanza la primavera y eso se traduce en más horas de luz y de sol. Aunque debemos tener precaución con la radiación ultravioleta durante todo el año, llegada esta época nuestros cuidados deben intensificarse.
Los rayos ultravioleta llegan a la superficie terrestre durante todo el año, incluso en días nublados, aunque no siempre inciden de la misma forma. Cuando nos acercamos al verano, lo hacen de manera más directa y por tanto resultan más dañinos. Al mismo tiempo, los días son cada vez más largos, las horas de sol aumentan y nuestra exposición también. Por ello, toda precaución es poca llegada la recta final de la primavera. La piel, los ojos y el pelo son los grandes perjudicados cuando el sol aprieta.
Aunque esta situación se produce de forma paulatina, a veces no nos damos cuenta y volvemos a casa con un tono rojizo en la piel. Por tanto, debemos usar siempre protección solar adaptada a nuestro fototipo. No obstante, hay otras partes de nuestro cuerpo que descuidamos aún más, como los ojos o el pelo. En lo relacionado con la salud ocular, las gafas de sol son buenas aliadas. El pelo es el gran olvidado en este caso y solo lo cubrimos cuando vamos a la playa o al campo para evitar insolaciones. Pero, ¿sabías que también podemos protegernos del sol desde el interior?
Hay alimentos clasificados como superalimentos que nos ayudan a evitar los efectos dañinos del sol. Se llaman así porque contienen en pequeñas cantidades, un gran número de nutrientes esenciales y antioxidantes.
El tomate es uno de ellos. Contiene altas cantidades de licopeno y es un potente antioxidante, lo cual ralentiza el envejecimiento de la piel y neutraliza los efectos nocivos de la radiación ultravioleta.
Para la vista, el brócoli es el mejor superalimento. Por sus propiedades es capaz de proteger los pigmentos maculares, unos pigmentos ubicados en el centro de la retina del ojo que nos defienden de los rayos del sol.
Para el pelo, el salmón, con alto contenido en ácidos grasos omega 3, nos ayudará a hidratarlo y le aportará luminosidad. Las espinacas, ricas en vitamina A, C, hierro y betacaroteno, evitarán que nuestro pelo se rompa.
Sol sí, pero con moderación
Como en todo, los excesos nunca son buenos. Algo que también sucede con la radiación solar. Mientras que las plantas necesitan el sol para realizar la fotosíntesis, el mecanismo mediante el cual consiguen su propio alimento, los humanos lo necesitamos para tener un esqueleto sano. La luz del sol es importante en la metabolización de la vitamina D, fundamental en la absorción del calcio. Además, la falta de luz solar está también relacionada con el estado de ánimo y los ciclos circadianos.
Para el sol, paraguas
Sí, no solo para la lluvia sirven los paraguas. Un estudio de la Universidad de Emory, en Atlanta, reveló que los paraguas son capaces de evitar hasta tres cuartas partes de la radiación ultravioleta en un día soleado. Los mejores, los de color negro, que pueden bloquear entre un 90% y un 99% de los rayos solares. Lo mismo que una sombrilla. Algo que los hace unos perfectos candidatos también para el verano. De hecho, en China se estima que el 45% de las mujeres los utilizan con estos fines. Quizás empecemos a ver más paraguas abiertos en verano en el centro y sur de la Península que en el Cantábrico…