¿Quién prefiere que el granizo sea de gran tamaño?
Las granizadas por lo general no son beneficiosas para muchos sectores, sobre todo para la agricultura. Sin embargo, a un sector de trabajadores muy específico le interesa que granice, y cuanto mayor sea su tamaño, ¡mejor!
¿Hay alguien a quien le guste el granizo? Pues por sorprendente que parezca la respuesta, sí. Los varilleros son los trabajadores especializados en reparar daños por granizo en vehículos. Pueden arreglar cualquier abolladura causada por otro elemento, pero es este meteoro el que les suele reportar mayor beneficio debido al número de coches afectados en una misma localización.
Los pequeños accidentes, como tocar una farola o golpear un bolardo echando marcha atrás, suelen dejar alguna marca pero, en caso de caída de granizo de gran tamaño sobre un coche, las abolladuras se vuelven mucho más numerosas e incluso puede que se rompa algún cristal.
Existen en España unos pocos varilleros especializados en arreglar desperfectos por granizo. Estos se suelen desplazar a pueblos o talleres cercanos a donde se haya producido una tormenta con granizo severo con el objetivo de sacar rendimiento económico de ello.
Por tanto, mientras en algunos sectores mayoritarios, como por ejemplo la agricultura, nunca quieren ver granizo y menos de tamaño grande, debido que un agricultor puede ver cómo en cuestión de minutos pierde el fruto de meses de trabajo, a otros trabajadores especializados en chapa y pintura, les pueden suponer unos ingresos con los que pasar el año.
Cómo y donde localizar las granizadas
Aunque AEMET cuenta con un producto interno de estimación de severidad del granizo a tiempo real basado en sus imágenes del radar, a través de las noticias o buscando en redes sociales no es difícil enterarse de dónde ha granizado con severidad... siempre que alguien lo haya registrado. Por tanto, ésta es la principal señal para un varillero de ponerse en marcha.
Trabajar con el granizo sólo puede ser beneficioso en la época donde más severas suelen ser las tormentas. Tienen una vida paralela con los cazatormentas.
Debido a que en invierno el calor acumulado es menor, las corrientes de aire no tienen suficiente poder para que los hielos suban y bajen repetidamente dentro de una nube. Es por ello que, a pesar de que en invierno y primavera sí tenemos granizadas, éstas son de un tamaño muy pequeño similar al de la nieve granulada y no suelen dañar ni siquiera a las plantas.