¿Por qué el calor me hincha?
Los últimos días han sido verdaderamente sofocantes y tu cuerpo se ha dado cuenta de ello, pues es posible que tengas las piernas, los tobillos o los pies más hinchados de lo normal. ¿Sabías por qué ocurre?
No llevamos ni dos semanas de intenso calor y muchos ya están empezando a notar diversos efectos en su cuerpo. Negativos, por supuesto. Calambres, agotamiento, dolores de cabeza, confusión, golpes de calor y hasta hinchazón de piernas. Algo bastante normal cuando barajamos temperaturas máximas de hasta 40º C, como las registradas en las provincias de Córdoba y Jaén el pasado domingo, tras activar AEMET los avisos naranjas y amarillos por altas temperaturas.
Nuestro organismo tiene unos límites térmicos
Ya lo dice la Organización Mundial de la Salud (OMS), la temperatura ambiente óptima para el cuerpo humano es entre 18 y 24º C, franja térmica que permite que nuestro organismo se mantenga en sus 36-37º C -la temperatura corporal normal-. El problema viene cuando los niveles se elevan, pues provocan ciertos riesgos para la salud.
Por ello, se ha demostrado que si el cuerpo se calienta hasta los 39-40º C, el cerebro ordena a nuestros músculos que reduzcan sus esfuerzos y aparece la fatiga. Si alcanza los 40-41º C, aparece el agotamiento por calor; pero, si se superan los 41º C, el cuerpo comienza a dejar de funcionar, alterando ciertos procesos químicos, deteriorando algunas células y hasta provocando fallos multiorgánicos.
Es por ello que el cuerpo, tan sabio como es él, active un mecanismo clave para la pérdida de calor corporal: la sudoración. Y es que -curiosamente- en un solo día nuestro cuerpo evapora entre 1 y 2 litros de sudor, alcanzando, incluso, hasta los 6 litros en episodios de intenso calor. El problema viene cuando las altas temperaturas duran varios días y, además, por la noche no se produce ninguna bajada del mercurio, pues se produce un estrés en nuestro cuerpo.
Otro factor que entra en juego, y puede hacer que nuestra jornada sea sofocante, es la humedad. Y es que en ambientes muy húmedos, el sudor no consigue evaporarse porque nuestra piel está constantemente húmeda y no consigue enfriarse. De ahí que tengas la sensación de que, en zonas de clima seco, toleres “algo mejor el calor” -y sino lo toleras, es normal, estamos en verano-.
Las altas temperaturas hinchan nuestro cuerpo
Además de sentir ciertas cefaleas, pereza, cambios en el estado de humor e, incluso, golpes de calor, las altas temperaturas juegan una mala pasada a nuestro cuerpo, pues se hincha, provocando el llamado “edema periférico”. La explicación residiría en que, como el cuerpo tiene que perder ese exceso de calor para regular el metabolismo, los vasos sanguíneos se dilatan, sus paredes pierden elasticidad, se produce una mayor lentitud y peor circulación de la sangre y, por consiguiente, se genera una mayor retención y acumulación de líquidos.
Esta acumulación en los tejidos suele ser más frecuente en pies, tobillos y piernas, pues, además de ser la parte que más peso y movimientos soporta, nuestras actividades y rutinas durante el verano son más bien escasas. Pasamos demasiadas horas sentados, bien por nuestra jornada laboral, por nuestros desplazamientos en transporte a nuestros destinos vacacionales; o, simplemente, por la excusa de que estamos en verano, hace calor, estamos perezosos y, además, de vacaciones. Lo que se traduce en menos movimiento corporal y más probabilidad de acumulación de líquidos en nuestras piernas.
Por ello, usa el sentido común. Permanece en ambientes frescos, consume abundantes líquidos, lleva ropa adecuada -nada de cosas ajustadas u oscuras-, limita las actividades al aire libre en momentos de máximo calor y evita pasar demasiadas horas sentado. Nuestro cuerpo tiene calor y se hincha, no se lo pongas más difícil.