Vientos alisios: ¿qué son y cómo influyen en el clima de las Islas Canarias?
Los alisios son uno de los vientos más importantes a escala global, hasta el punto de jugar un papel crucial en la llegada de Cristóbal Colón a América. En Canarias modulan el paisaje y el clima, con diferencias de precipitación abismales.
Hay vientos tan frecuentes e intensos, que son conocidos con nombre propio, debido a que moldean no solo el paisaje sino la vida de las personas. Es el caso de la tramontana, en ciertos sectores del nordeste y Baleares o los vientos alisios que soplan de forma incansable en Canarias.
Aquí nos centraremos en los alisios, unos vientos que cubren extensiones de miles de kilómetros a lo largo de todo el globo y que han jugado un papel fundamental en la historia de España, permitiendo que Cristóbal Colón pudiera cruzar el Atlántico y realizar su primer viaje a América.
Los alisios, una manifestación de un patrón a gran escala
Los alisios, también conocidos como "Trade Winds" (vientos del comercio), se localizan a lo largo de dos bandas que cruzan la Tierra de forma longitudinal, separadas por el ecuador. Los vientos alisios soplan desde dos cinturones de anticiclones localizados en latitudes subtropicales hacia un área de borrascas semipermanentes, conocida como la Zona de Convergencia Intertropical.
El viento siempre se dirige desde los anticiclones hacia las borrascas, con el fin de compensar la falta de presión en estas últimas.
En el hemisferio norte, incluidas las Canarias, los alisios vienen del nordeste, mientras que en el hemisferio sur, soplan del sureste. El lugar donde convergen los alisios del nordeste y sureste, está situado cerca del ecuador y se conoce como la Zona de Convergencia Intertropical, una región proclive a la formación de ondas atmosféricas.
Estas ondas, en condiciones de baja cizalladura y temperaturas cálidas del agua del mar, pueden desembocar en la formación de ciclones tropicales como los huracanes en la cuenca atlántica.
Los alisios ayudaron a Cristóbal Colón a "descubrir" América
Los alisios del nordeste y la ausencia de huracanes en una época del año muy proclive, permitieron a Cristóbal Colón desembarcar en la isla Guanahaní, el 12 de octubre de 1492. La tripulación y los tres navíos, partieron de la isla canaria de La Gomera, el 6 de septiembre.
Tras unos días de mar en calma, los alisios empujaron a los navíos hacia América, aunque Colón pensaba que había llegado a las Indias, viajando hacia el oeste. El regreso fue más peligroso debido a los temporales asociados al frente polar.
El 16 de enero del año siguiente, La Pinta y La Niña emprendieron rumbo a España desde la isla de La Española. Los navíos tuvieron que capear un temporal importante cerca de las Azores, el día 12 de febrero. A la vista queda, como la meteorología jugó un papel muy relevante en el descubrimiento de América, como en tantos otros acontecimientos históricos.
Los alisios y el clima de Canarias
Los alisios generan microclimas al interaccionar con la orografía de las islas más prominentes. En la cara norte, los alisios producen abundante nubosidad de retención con nieblas y un aumento de las precipitaciones. En la cara sur, el efecto foehn reseca el aire y el tiempo es mucho más seco, con una importante sombra pluviométrica.
En el aeropuerto de Tenerife Sur, la media anual de lluvia es de apenas 130 l/m2 al año, propio de un clima árido. En el aeropuerto de Tenerife Norte, en cambio, el promedio hasta más de 500 l/m2. La separación entre ambos aeropuertos es de tan solo 69 km, pero las diferencias de precipitación son abismales.
Tal es la diferencia de precipitaciones y temperatura, motivada por la orografía y los alisios, que el sur de las islas poseen un clima Bwh (cálido desértico) en la clasificación de Köppen, mientras que el norte cuenta con un Csa o Csb, climas mediterráneos cálidos.