Un dispositivo nuclear podría salvarnos del impacto catastrófico de un asteroide
De momento, no se prevé ningún asteroide peligroso para nuestro planeta, pero en el futuro no se puede descartar la posibilidad de que un cuerpo de menor tamaño apunte directamente hacia nosotros. ¿Qué podríamos hacer entonces?
Aunque por el momento no se prevén impactos potencialmente peligrosos que afecten a nuestro planeta, desde hace años científicos de todo el mundo estudian atentamente posibles acciones a tomar para evitar este riesgo.
En este sentido, uno de los ejemplos más llamativos de esta importante línea de investigación es la misión DART (Double Asteroid Redirection Test) de la NASA, una misión que tiene como objetivo evaluar si el impacto de una nave espacial podría desviar o no la trayectoria de un asteroide a través de transferencia de impulso.
La misión DART fue un verdadero éxito: la nave chocó con Dimorphos el 26 de septiembre de 2022 y cambió su período orbital en aproximadamente 32 minutos.
Existen varios programas de defensa planetaria
Sin embargo, vale la pena subrayar que existen diversas estrategias de defensa planetaria contra los objetos cercanos a la Tierra (NEO), es decir aquellos cuya órbita es cercana a la de la Tierra, no sólo ésta adoptada por la agencia espacial de los Estados Unidos.
Otra aclaración necesaria radica en las características de Dimorphos, un sistema compuesto por dos cuerpos distantes entre sí poco más de un kilómetro y con unas dimensiones aproximadas de 750 metros y 170 metros. Así que estamos hablando de asteroides bastante pequeños y la nave espacial impactó contra el más pequeño de los dos.
Sin embargo, es evidente que cuerpos más grandes también podrían colisionar con la Tierra, por lo que un impactador cinético (es decir, del tipo de la misión DART) puede no ser suficiente. Por ello, un grupo de investigación ha llevado a cabo un estudio para encontrar una posible solución ante el riesgo de impacto con un asteroide de gran tamaño.
La solución que proponen en este caso es la desviación orbital mediante una explosión nuclear, una técnica que ofrece la mayor cantidad de energía por unidad de masa, pero sin provocar la fragmentación del asteroide en pequeños escombros.
En este caso el impulso transferido al asteroide se debería principalmente a la emisión de neutrones y rayos X, estos últimos capaces de calentar muy rápidamente la superficie del cuerpo celeste, vaporizarlo y cambiar la dirección de movimiento del asteroide.
Sin embargo, los investigadores no se limitaron a desarrollar una teoría, también realizaron una serie de experimentos para simular un evento similar, obviamente a menor escala, obteniendo una velocidad de retroceso de alrededor de 70 m/s.
El uso de un dispositivo nuclear puede ser la solución
Los resultados obtenidos son muy prometedores; de hecho, se ha demostrado que, con las debidas precauciones, con esta técnica, es decir, haciendo explotar dispositivos nucleares en las proximidades de asteroides peligrosos sin fragmentarlos, es posible desviar incluso los asteroides más grandes.
Por el momento se han realizado esencialmente dos experimentos, con dos modelos de asteroides diferentes, uno compuesto de cuarzo y el otro de sílice fundida, pero ya está prevista la ampliación de estas simulaciones con otros tipos de materiales y diferentes estructuras objetivo.
La historia de nuestro planeta nos enseña que las colisiones con asteroides pueden ser muy peligrosas, si no directamente catastróficas, basta pensar en la extinción de los dinosaurios. Por tanto, es muy importante llevar a cabo proyectos de defensa planetaria para preservar al máximo nuestro planeta y la vida en él.
Referencia de la noticia:
Moore, N.W., Mesh, M., Sanchez, J.J. et al. Simulation of asteroid deflection with a megajoule-class X-ray pulse. Nat. Phys. (2024). https://doi.org/10.1038/s41567-024-02633-7