Tienes un enemigo invisible en casa, ¡abre la ventana!
Su nombre es dióxido de carbono. Se habla mucho de la contaminación en las ciudades, en el planeta... Vaya, en espacios abiertos. Pero tu casa en ocasiones puede tener alta concentración de CO2.
Hace unas semanas la empresa Netatmo tuvo la deferencia de dejarnos una de sus estaciones meteorológicas para testearlas. Además de tener un packaging y diseño sobresaliente, en este tiempo nos ha llamado la atención la practicidad de sus datos. Especialmente, nos ha sorprendido uno: la lectura del dióxido de carbono (CO2) en el dispositivo interior. ¿Qué pasa con el CO2 en nuestras casas? ¿Debemos estar al tanto? Rotundamente, sí.
Tu enemigo se mide en “ppm”
Se habla mucho del CO2 en espacios abiertos, en grandes ciudades o, ¡en el planeta entero! Desde hace años no dejamos de batir récords de concentración de este gas, que en mayo llegó a rondar en promedio, a escala planetaria, las 413 partes por millón (ppm). Un nivel que los científicos tildan de “peligroso” y que se considera inédito en los últimos 15 millones de años. Esta concentración en tu casa sería buena, saludable, sobre todo si vives en una gran ciudad.
¿Sabías que en tu habitación mientras duermes se pueden superar con holgura las 1000ppm? Las noches en un habitáculo poco ventilado y con una o dos personas respirando se hacen largas. Al despertarnos podemos tener la sensación de que el aire se puede cortar con un cuchillo. Esto último se soluciona rápidamente, en apenas cinco minutos, abriendo las ventanas y ventilando el cuarto. Así se pueden restablecer los valores que se consideran normales en una casa de entre 500 y 600ppm.
En Estados Unidos existe el valor límite para trabajar en una oficina o espacio abierto de 1000ppm. Según las normas expuestas en Baubologie, la biología en la construcción o bioconstrucción, los valores superiores al millar son fuertemente significativos y los superiores a 1500ppm extremadamente significativos. Cuando esto pasa, el dispositivo de Netatmo te envía una notificación al móvil y… ¡entra la prisa! “Hay que ventilar, hay que ventilar”.
¿Cuáles son las fuentes principales de CO2?
Controlar la presencia de este contaminante en el hogar es de muchísima ayuda para la salud y confort. Los altos niveles de este gas producen falta de concentración, fatiga y dolor de cabeza. Al margen de tu aparato respiratorio, del que no te puedes desprender –es lo de menos-, hay otras fuentes de CO2 que sí debes supervisar.
Por ejemplo, los calentadores de agua, que siempre deben tener un perfecto funcionamiento. Los eléctricos suelen emitir CO2 y conviene revisarlos de vez en cuando. Otra cosa a tener en cuenta es la eficiencia en los sistemas de calefacción. Estos nunca deben calefactar más de lo necesario. Y además, se debe prescindir en la medida de lo posible de los electrodomésticos a gas.