Singularidades meteorológicas del mes de mayo
El mes de mayo es importante en el calendario agrícola, lo que reflejan muchos refranes que también hacen alusión a su cambiante tiempo. En mayo son comunes los altibajos de temperatura, pudiendo pasar de fuertes calores a jornadas muy frescas e incluso frías. Tampoco faltan las tormentas.
Mayo es una caja de sorpresas en lo que al tiempo se refiere. Con la primavera ya muy avanzada, una de las características de este mes es su carácter cambiante. Aparte de producirse alternancias entre el frío y el calor, tampoco faltan las tormentas, aunque varían mucho de unos a otros años. El refranero resalta las bondades de este mes, clave para las labores agrícolas, al afirmar, por ejemplo: “Mayo, ni frío ni acalorado, ni muy seco, ni muy mojado”. Si bien el mes de mayo nos regala jornadas perfectas para disfrutar al aire libre, no es menos cierto que no suelen encadenarse muchos de esos días seguidos.
Los recuerdos que tenemos del día de nuestra Primera Comunión son un buen barómetro del comportamiento atmosférico del mes de mayo. El día que la tomó quien suscribe estas palabras, amaneció lloviendo a mares en la ciudad de Madrid, no parando hasta mediodía. Por la tarde se fueron abriendo claros hasta quedar totalmente despejado.
Un ejercicio parecido puede hacerse pensando en los tipos de tiempo experimentados en las distintas ediciones de las castizas Fiestas de San Isidro. Afortunadamente, no hay que recurrir a la frágil memoria meteorológica, ya que, en 2016, César Rodríguez Ballesteros, del Servicio del Banco Nacional de Datos Climatológicos de AEMET, publicó un sesudo estudio climatológico.
En el citado estudio se analizaron los datos diarios de la estación meteorológica de Madrid-Retiro comprendidos entre el 10 y el 20 de mayo para el período 1981-2015. El análisis revela las singularidades meteorológicas del mes de mayo, antes esbozadas. Por ejemplo, mientras que el 13 de mayo de 2015 se registró una temperatura máxima de 35,5 ºC, dos años antes, el 17 de este mismo mes en 2013, la máxima fue de tan solo 9,2 ºC.
Fijándonos en las temperaturas mínimas, la más baja fue de tan solo 4 ºC medida el 19 de mayo de 1984, y la más alta nada menos que 19,5 ºC, medidos el día 13 de 2015 (¡casi una noche tropical!). En cuanto a la precipitación, sólo en dos años de toda la serie (1991 y 2015) no se registró ninguna en la decena de días analizados cada año. Para el conjunto del período, el 63,4% son días sin precipitación, y de los que llueve, en casi un 4% se acumulan más de 10 l/m2, con un valor máximo de 24,4 l/m2 el día 10 de 2008.
Aún pueden aparecer las heladas tardías
Extremos termométricos tan destacados como los apuntados en Madrid en las Fiestas de San Isidro, se dan también en otras muchas localidades españolas durante el mes de mayo. En Albacete, por ejemplo, la máxima absoluta de mayo es de 36,4 ºC (17-5-2006) y la mínima también absoluta del mismo mes: -0,6 ºC. Aunque heladas tan tardías son poco frecuentes, ocurren a veces, lo que tiene un impacto negativo en algunos cultivos; los que son más sensibles a unas temperaturas tan bajas en mayo.
Es un momento crítico, ya que muchas plantas están en flor o a punto de germinar, por lo que tienen expuestas al aire zonas muy sensibles al frío. Por ejemplo, cada frutal tiene su temperatura crítica cuando de sus ramas empiezan a colgar sus frutos. Apenas 1 grado bajo cero puede resultar fatal para los cerezos, ciruelos o perales. El manzano es capaz de resistir algo más, aunque no mucho.
Mayo es la transición entre la primavera y el verano
El mes de mayo marca la transición entre la primavera y el verano. Los días soleados y con ambiente caluroso suelen ir ganando protagonismo según avanza el mes, pero los cambios de tiempo bruscos acostumbran a ser habituales, dando como resultado un panorama meteorológico muy distinto al que uno espera de un tiempo veraniego, casi estival. Las lluvias de mayo son un factor clave para tener una buena cosecha de cereales. El refranero alude a esto, al afirmar que: “Agua de mayo, pan para todo el año”. Abundan las alusiones a este mes en los refranes agrícolas. Por destacar un par de ellos más, el que dice: “Mayo hortelano, mucha paja y poco grano”, y otro que alude al calor y a las lluvias propias de la estación: “Mayo caliente y lluvioso, ofrece bienes copiosos”.
No podemos olvidarnos tampoco de que mayo es un mes de tormentas. La actividad tormentosa es una de las señas de identidad de esta época del año. No es el tiempo dominante, salvo que algún año mayo venga particularmente torcido, pero las tormentas no suelen faltar a su cita. Dicha circunstancia la constatan esos recuerdos de comuniones a los que antes hacíamos referencia, y ese hecho también permite disfrutar de uno de los fenómenos atmosféricos más bellos: los arcoíris. Las típicas tormentas de tarde, suelen dar paso al sol, cuando este ya queda en una posición baja, cercana al horizonte, brindando la oportunidad de disfrutar de un espectáculo de la naturaleza que siempre nos atrapa, irremediablemente.