¿Se puede beber la lluvia?, ¿qué tratamientos se están aplicando para potabilizar el agua? Los expertos responden

La calidad del agua varía a lo largo de las diferentes zonas del mundo. En algunos lugares las fuentes de este recurso se encuentran altamente contaminadas con el consiguiente riesgo para la salud humana

El agua es el recurso básico y fundamental para la vida

El agua que bebemos puede tener hasta 4500 millones de años y es reciclada de forma continua a través del ciclo hidrológico. El ciclo del agua se encarga de transferir agua de lluvia del suelo a la atmósfera, a través de la evaporación; y viceversa, de la atmósfera al suelo mediante las precipitaciones, pasando por la escorrentía de los ríos al mar y la filtración del suelo a los acuíferos.

Los seres humanos interfieren en este ciclo natural del agua al atrapar y redirigir el agua de diversas fuentes para su uso, provocando su contaminación en la mayoría de las ocasiones.

¿De qué depende la calidad del agua?

La calidad del agua del grifo depende de varios factores, entre los que se encuentra la geología local, el tipo de actividades que se realizan en las áreas de captación del agua y los diferentes tratamientos llevados a cabo para procesarla y hacerla potable.

En Europa, la Directiva Marco Europea del Agua (DMA) establece unas normas de actuación comunitarias en el ámbito de la política de aguas. Entre sus objetivos se encuentran promocionar los usos sostenibles del agua, reducir la contaminación de aguas subterráneas y garantizar el suministro suficiente de agua superficial o subterránea en buen estado.

Establece valores aceptables de calidad del agua para más de 250 contaminantes físicos, químicos y bacterianos, y tiene en cuenta cualquier impacto en la salud que pueda tener el consumo de contaminantes a lo largo de la vida, así como sobre las características organolépticas del agua, sabor, olor y color.

¿Se puede beber el agua de lluvia?

El agua potable proviene principalmente de cuencas naturales, cuyas fuentes son las masas de agua superficial continental, como ríos, lagos, embalses; las masas de agua subterránea o acuíferos; y del agua de mar a través del proceso de desalinización.

El proceso de filtración y purificación del agua se produce de una forma natural en las cuencas hidrológicas a medida que el agua se filtra a través del suelo, los sedimentos, las rocas y la vegetación.

Existen algunas zonas rurales y remotas en el mundo, por ejemplo en Australia, que dependen de aguas superficiales y subterráneas de mala calidad con exceso de sal, contaminantes microbianos, plomo, manganeso y arsénico para su agua potable.

En estas zonas se hace indispensable contar con el agua de lluvia para tener un acceso al agua potable de calidad. Pero, la captación del agua de lluvia debe estar sujeta a un tratamiento adicional a través de procesos estándar.

Normalmente estos procesos se centran en la eliminación de partículas, como tierra y sedimentos, la filtración para eliminar partículas y contaminantes, la desinfección con cloro y cloramina para matar bacterias y virus, en algunos casos añadiendo flúor para prevenir la caries dental y por último, ajustando el pH para equilibrar el agua y facilitar su filtrado.

¿Cuáles son los contaminantes más frecuentes en el agua?

El agua tras ser potabilizada, llega a nuestros grifos a través de una red de depósitos subterráneos, tuberías, bombas y accesorios. Sin embargo, en las zonas del mundo donde no existe un sistema de red, el agua potable puede obtenerse de depósitos de lluvia, por lo que la calidad del agua potable puede variar de unas zonas a otras.

En este caso, las fuentes de contaminación del agua pueden provenir de los elementos y sistemas de captación de agua en los tejados que alimentan los tanques de agua de lluvia, o de los grifos por el plomo presente en los accesorios y materiales de plomería.

También existe la presencia de PFAS o sustancias químicas “eternas” en el agua potable. Han sido detectadas en algunas cuencas de agua potable en Australia, lo que ha motivado una evaluación reciente de la contaminación de fuentes de agua y la realización de investigaciones que examinan la toxicidad de las PFAS.

Relación entre PFAS y cáncer

Una revisión del Consejo Nacional de Salud e Investigación Médica (NHMRC) propuso reducir los límites de cuatro sustancias químicas PFAS en el agua potable en Australia.

Además, algunas comunidades han expresado su preocupación por la asociación entre los niveles elevados de PFAS en el agua de sus comunidades y los focos de cáncer.

Algunos PFAS han sido identificados como cancerígenos, pero no puede asegurarse que causen cáncer.

Actualmente, la evaluación de los niveles de exposición de todas las fuentes en la población australiana muestra que los niveles de PFAS están disminuyendo, lo que significa que el riesgo de exposición también se ha reducido con el tiempo.

La mayoría de las fuentes de agua potable no están asociadas con contaminantes industriales como los PFAS, por lo que generalmente estas fuentes no están sujetas a procesos de tratamiento costosos, como la ósmosis inversa que pueden eliminar la mayoría de los contaminantes transmitidos por el agua, incluidos estos.

Los contaminantes están en todas partes, es la dosis la que los hace más peligrosos y los convierte en veneno. Las concentraciones ultrabajas de sustancias químicas, incluidos los PFAS, si bien no son deseables, pueden no ser dañinas y por ello no se justifica su eliminación total del agua potable actualmente.

Referencias de la noticia

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