¿Sabías que el padre de la genética, Gregor J. Mendel, hizo grandes aportaciones a la meteorología?
Gregor J. Mendel, el padre de la genética, hizo también valiosas aportaciones a la meteorología, bastante menos conocidas. Las damos a conocer en este artículo.
A cualquier gran científico de la historia lo asociamos al momento con un determinado campo de estudio en el que destacó e hizo importantes aportaciones, fundamentales para el avance de la ciencia; sin embargo, la gran talla intelectual de estos personajes y sus inquietudes les lleva con frecuencia a interesarse por temas de lo más diversos y a llevar a cabo contribuciones también muy importantes en ellos. Encontramos un buen ejemplo en Gregor J. Mendel (1822-1884).
Conocido como “el padre de la genética”, gracias a sus minuciosos experimentos que llevó a cabo mediante el cultivo de plantas de guisante, determinó las leyes de la herencia, que llevan su nombre en su honor. Gracias a ellas, Mendel ocupa un lugar muy destacado en la historia de la ciencia, pero tampoco podemos olvidarnos de las aportaciones que llevó a cabo en el campo de la Meteorología.
Un meteorólogo en la sombra
Probablemente, te sorprenda descubrir –en el caso de que lo desconozcas– que Gregor Mendel fue un destacado meteorólogo, hasta el punto de que fundó la Sociedad Meteorológica de Austria, en 1865. Este fraile agustino y naturalista recibió una sólida formación científica en la Universidad de Viena de la mano del brillante físico y matemático austriaco Christian A. Doppler, que, entre otras aportaciones, postuló el efecto que lleva su nombre, por el que se produce un cambio de frecuencia aparente en una onda electromagnética debido al movimiento relativo de la fuente respecto al observador.
En la década de 1840 el doctor, Pavel Olexik, inició una serie de observaciones meteorológicas efectuadas con los instrumentos que instaló en el hospital general de St. Ann, en Brno (ciudad de la actual República Checa). Desde al menos 1857, Mendel comenzó, simultáneamente, a medir las distintas variables meteorológicas desde la abadía de Santo Tomás, de la que era abad, situada cerca del hospital.
Cuando Olexik se ausentaba algunos días del hospital, Mendel se encargaba de anotar los registros de ambos emplazamientos, labor que siguió realizando tras el fallecimiento del doctor.
Con gran constancia y dedicación fue anotando en sus cuadernos todas las observaciones diarias hasta que falleció, en 1884. Con toda esa información llevó a cabo numerosas notas y confeccionó gráficas con los datos combinados del hospital y el monasterio. Toda esa información la fue publicando en la prensa de la época y en una larga serie de publicaciones.
Tal y como siguen haciendo los colaboradores en la actualidad (ya casi todos por vía electrónica), Mendel enviaba periódicamente los datos con todos los registros meteorológicos al Instituto Meteorológico Central, en Viena. El último envío lo efectuó el 1 de enero de 1884; seis días antes de fallecer. Paralelamente a la toma de datos, se interesó por muchas cuestiones científicas, en su mayoría de naturaleza atmosférica.
Trabajos de Mendel sobre Meteorología
Aparte de medir las variables meteorológicas más comunes, como la temperatura del aire, la presión atmosférica o la cantidad de precipitación, también efectuó medidas de ozono, llevó a cabo observaciones fenológicas, fue anotando el número de manchas solares y estudió su relación con las auroras boreales y las perturbaciones que estas (las tormentas geomagnéticas que las provocan) ocasionaban en las comunicaciones a través del telégrafo eléctrico.
Cuando tuvo ocasión de presenciar algún fenómeno meteorológico extraordinario, como una fuerte tormenta, lo documentó de forma muy detallada. Tal es el caso del tornado que el 13 de octubre de 1870 paso por la abadía, siendo un testigo de excepción. Aparte de describir de manera minuciosa todo el episodio, expuso una explicación física del fenómeno, explicando que se trataba de un vórtice en el que el viento giraba en el sentido de las agujas del reloj (giro en sentido anticiclónico).
Reproducimos la primera página del artículo que publicó en la Sociedad Brunn de Ciencias Naturales. Es un trabajo pionero sobre tornados. También fue un adelantado a su tiempo al deducir el fenómeno de “isla de calor urbana”. Al comparar las observaciones que tomaba en la abadía (a las afueras de Brno) con las que medían en el centro de la localidad, se percató de que estas últimas eran más altas. Por derecho propio, el padre de la genética fue también uno de los pioneros de la Meteorología.