Rjukan, el pueblo noruego que ha puesto espejos para tener luz del Sol en invierno
Los habitantes de un remoto pueblo del sur de Noruega viven durante seis meses sin luz solar directa. Ahora, gracias a la tecnología, pueden disfrutar del astro rey a través de espejos ubicados en sus montañas.
En Noruega, al ser un país ubicado cerca del Polo Norte, las horas de luz solar diarias son mucho menores que en otros países con latitudes más cercanas al Ecuador. Esto se debe a la inclinación de la Tierra y a que, ahora, el polo norte se encuentra en invierno, justo cuando los rayos del sol apenas inciden en esas latitudes. Rjukan, un pueblo pequeño tiene la solución: poner espejos para poder reflejar el sol.
¿Dónde se encuentra Rjukan?
Este pequeño pueblo noruego está en un profundo valle dentro de la provincia de Telemark. Ahí las montañas bloquean la entrada de luz solar durante seis meses al año. La pequeña localidad fue fundada hace 100 años y ahora cuenta con 3500 residentes que pueden ver el sol a través de espejos situados en la montaña.
Las montañas y el invierno
Cuando miramos un documental o alguna imagen de internet siempre nos muestran a la Tierra con una inclinación sobre su eje de 23,5º. Como decíamos, esa inclinación hace que ahora mismo en el polo norte prácticamente no haya sol.
Muchos pueblos y ciudades ubicadas cerca de los polos padecen una oscuridad total en pleno invierno, Rjukan es uno de ellos. Solo a medida que se acerca el verano, el sol comienza a posicionarse por encima de sus valles y montañas.
El proyecto de los espejos
Gracias al proyecto de los espejo, se ha conseguido que 600 metros cuadrados estén iluminados por el sol de manera indirecta. Los tres espejos (helióstratos) fueron ubicados en una montaña de 400 metros, puestos con helicóptero y controlados para que sigan la elipse del sol. La idea salió de Martin Andersen, un artista parisino que se inspiró en Sam Eyde, quien a principios del siglo XX ya lo quiso hacer.
Como en 1928 la tecnología no estaba tan avanzada, se puso en marcha los primeros teleféricos de Escandinavia llamados Krossobanen, que llevaban a los habitantes de Rjukan hasta la cima de la montaña para así tomar el sol y mantenerse sanos.
El proyecto costó cinco millones de coronas, unos 600.000 euros. También, la energía solar capturada por los helióstatos se utiliza para alimentar su trayectoria de inclinación, a medida que siguen el paso del sol de invierno sobre el cielo de Noruega.
Italia fue la pionera
Aunque la idea principal fuese de Sam Eyde fue Viganella, una localidad situada en el norte de Italia, la pionera en instalar espejos para esta misma función. El diseñador fue Giacomo Bonzani que consiguió poner el espejo de 40 metros cuadrados, 8 metros de ancho y 5 metros de altura.
El famoso espejo italiano que atrae a cientos de turistas fue fabricado por una empresa de Huelva. Su inauguración en el 2006 fue bautizada como "el encuentro de la luz". Este proyecto tan peculiar hace posible que miles de habitantes tanto del Piamonte como de Rjukan, se queden tantos meses sin la luz del sol.