¿Has oído hablar de los enigmáticos terremotos de hielo?
Hay temblores que no son causados por el movimiento de placas o por la actividad volcánica. Los terremotos de hielo son fenómenos comunes en zonas polares pero hay pocos registros de ellos y sus mecanismos de formación siguen siendo poco conocidos... hasta ahora.
El 6 de enero de 2016 un fuerte temblor sorprendió a los residentes de Oulu, Finlandia. Grandes grietas se formaron en el suelo y en los edificios de la ciudad, y el evento fue detectado por una estación de investigación ubicada a 14 km del lugar. Esto podría haber sido un terremoto como cualquier otro, el problema está en que Finlandia es un lugar tectónicamente muy estable.
El temblor no fue a causa del movimiento de las placas ni de la actividad de algún volcán, sino que fue producto de un suelo muy húmedo y una rápida caída de la temperatura, que provocó que el agua subsuperficial se congelara casi repentinamente. Debido a que el agua se expande cuando se congela, el hielo ejerce presión sobre el suelo y las rocas, en ocasiones con la fuerza suficiente como para fracturarlo violentamente. Este fenómeno se llama terremoto de hielo o terremoto de escarcha.
El terremoto de hielo en Oulu fue uno de los primeros registrados en un área urbana, proporcionando información valiosa para los investigadores que intentan comprender qué los causa. Se cree que son bastante comunes en las regiones boreales de todo el mundo pero, debido a que generalmente ocurren en áreas escasamente pobladas, es difícil determinar las condiciones ambientales exactas que conducen a su ocurrencia.
Pronosticar el próximo terremoto de hielo
El terremoto de Oulu de 2016 ocurrió al final de un estudio de monitoreo ambiental a largo plazo que se estaba realizando en el centro de Finlandia. “Habíamos estado recopilando datos utilizando sondas de temperatura y agua del suelo entre 2011 y 2015 en un sitio con suelos similares al área donde ocurrió el terremoto de heladas en 2016”, dijo Okkonen.
Los datos obtenidos en Finlandia mostraron que en el día del temblor el suelo estaba cubierto por una fina capa de nieve, las temperaturas eran cercanas a 0 °C y el terremoto fue precedido por un descenso repentino de la temperatura. Ahora Okkonen y su equipo utilizan estos datos para modelar computacionalmente las condiciones ambientales que condujeron al terremoto de hielo y predecir cuándo y dónde podrían ocurrir en el futuro.
Para eso, están usando un modelo hidrológico que simula la acumulación y el derretimiento de la nieve. Otro de temperatura del suelo muestra los valores a diferentes profundidades bajo la capa de nieve. Los resultados del modelado, junto con las mediciones de la temperatura del aire, el espesor de la capa de nieve y la temperatura del suelo se combinan para calcular las variaciones temporales del estrés térmico en el suelo y predecir sus fracturas.