¿Qué es la sensación térmica y cómo afecta al cuerpo humano?

La sensación térmica tiene en cuenta factores atmosféricos como la humedad y el viento para calcular la temperatura real que percibe nuestro cuerpo. Conocer los índices de sensación térmica puede salvarnos de situaciones comprometedoras.

La sensación térmica cobra especial importancia en verano, puesto que es la estación más larga del año y se está alargando a expensas de la primavera y el otoño.

Como bien es sabido, la temperatura del aire medida a la sombra nos proporciona un valor exacto, normalmente expresado en grados centígrados. Así, por ejemplo, en una noche de verano podemos tener 20 ºC. Ante esta misma temperatura, dos personas pueden sentir frío o calor en función de su propio umbral térmico o de otros factores como la humedad relativa o el viento.

La sensación térmica y sus factores

En algunos casos, la sensación térmica puede llevar a nuestro cuerpo a situaciones límite incluso cuando las temperaturas no son extremadamente altas o bajas. Por ejemplo, una temperatura de 30 ºC con un 80% de humedad relativa da como resultado una temperatura de sensación de 41 ºC. En este escenario, el golpe de calor es inminente y puede provocarnos la muerte.

¿Qué es la sensación térmica?
Definida por la AEMET, la sensación térmica es la temperatura que percibe el cuerpo humano debido a las condiciones meteorológicas.

Los factores que más influyen en la sensación térmica son el viento y la humedad. Para temperaturas inferiores a 10 ºC se considera el viento (Wind chill) y para temperaturas superiores a 20 ºC se toma en cuenta la humedad relativa (Heat Index). En las siguientes líneas, nos centraremos en esta última porque es la que juega el papel más importante en verano.

Sensación térmica por calor (Heat index)

Este índice relaciona la temperatura con la humedad relativa. A una misma temperatura, la sensación térmica de calor aumenta con la humedad. Esto es debido a que cuando la humedad relativa es elevada, el sudor no se evapora de manera tan eficiente y el cuerpo no consigue enfriarse. Por el camino, podemos perder una gran cantidad de agua y corremos el riesgo de deshidratarnos. Es por esta razón, que el calor húmedo nos hace sudar tanto y es característico de muchas zonas mediterráneas de la península y Baleares.

La combinación de calor y humedad se vuelve peligrosa cuando la temperatura de sensación pasa de los 40 ºC. Cuanto más alta es la temperatura, menos humedad es necesaria para llegar al umbral de peligro. Con 35 ºC y un 45% de HR la sensación térmica es de 41 ºC por lo que son inminentes la insolación, calambres o incluso un golpe de calor.

¿Qué es el Wind Chill?

En invierno, debemos tener cuidado con el Wind Chill. Este índice relaciona la temperatura del aire con la velocidad del viento. A una misma temperatura, la sensación térmica de frío aumenta con el viento. El viento es aire en movimiento que literalmente nos roba el calor. El pelo y la ropa, crean una capa de aire cálido que nos aíslan del frío. Si el viento es intenso, este aislamiento desaparece.

Con temperaturas inferiores a -5 ºC y una brisa de 20 km/h ya corremos el riesgo de sufrir hipotermia si la exposición al frío es prolongada. Si la temperatura baja de los -25 ºC con viento de 35 km/h, la situación se torna peligrosa con riesgo de congelación en tan solo 10 minutos.

En resumen, la sensación térmica es incluso más importante para nosotros que la temperatura del aire porque afecta directamente a nuestro organismo. Si planeamos actividades al aire libre, debemos conocer estos índices y consultar las previsiones de temperatura, humedad y viento. Tener esta información y actuar en consecuencia podría salvarnos la vida.