¿Qué es el efecto Foehn?
Esta palabra de origen alemán, da nombre a uno de los fenómenos que el viento puede llegar a producir. En algunos lugares de nuestro país lo ‘sufren’ con relativa frecuencia.
En áreas próximas a grandes cordilleras se producen episodios de vientos secos y recalentados con sus correspondientes efectos en la población de la zona. El vocablo foehn (o föhn en alemán) proviene del efecto que tiene lugar en los Alpes.
El efecto Foehn se produce cuando una masa de aire se ve obligada a ascender un barrera montañosa. Cuándo la masa asciende se enfría a razón de 0,6 ºC cada 100 metros (m) y al descender la temperatura, la humedad que contiene el aire se condensa y forma pequeñas gotas de agua. Si precipita, la masa de aire se seca y ya recibe calor por la condensación.
Posteriormente, en el proceso de descenso por la vertiente contraria, la humedad relativa es más baja y la temperatura aumenta rápidamente. Las temperaturas a sotavento son más elevadas que a barlovento. Si el gradiente húmedo es de -0,6 ºC (el nombrado descenso de temperaturas a barlovento), el seco suele ser de 1 ºC aproximadamente (ascenso a sotavento).
El efecto Foehn en España
En nuestra geografía, los episodios de Foehn son destacables en muchos lugares. En los Pirineos, los vientos de componente norte provocan temperaturas más elevadas en la vertiente sur (sotavento). Se conoce como el viento de ‘puerto’, puesto que desciende de los puertos de montaña.
En Huelva, con viento de levante en el Estrecho, aumentan notablemente las temperaturas y desciende de forma acusada la humedad. Así mismo, en el litoral de la Comunidad Valenciana con viento de poniente (o ‘Ponentà') las temperaturas se disparan, la humedad se desploma y el riesgo de incendio forestal crece.
En el Cantábrico oriental con situaciones de viento sur los termómetros pueden llegar a los 40 ºC en Bilbao. El 15 de febrero de 1941 tuvo lugar el gran incendio que destruyó la ciudad de Santander y cuyo responsable fue, en parte, el efecto Foehn.