¿Por qué el traje de los astronautas durante el despegue es naranja?
No es cualquier naranja, se trata de un tono creado para la industria aeroespacial. El traje, denominado Advanced Crew Escape Suit (ACES), solo es utilizado en las maniobras de ascenso y reingreso al planeta.
Las imágenes más recordables de los astronautas los muestran con un traje blanco. Es el color de la vestimenta que llevaban Armstrong y Aldrin la primera vez que pisaron la Luna y de los trajes que se utilizan en las caminatas espaciales. Sin embargo, durante cada ascenso hacia el espacio y en el reingreso a la Tierra, los astronautas deben usar otro color: el “naranja internacional”, un tono especialmente creado para la industria aeroespacial.
Advanced Crew Escape Suit (ACES) es el nombre del traje utilizado durante los despegues y reingresos. Se utiliza desde 1995, cuando reemplazó al Launch Entry Suit (LES) –también naranja– que se usaba desde los años 70. Es un traje presurizado y puede proteger a la tripulación en caso de despresurización de la cabina en alturas menores a 30 km. También los protege del aire frío y el agua en caso de amerizaje.
El traje es fabricado por David Clark Company of Worcester, Massachusetts, compañía dedicada al equipamiento industrial y aeroespacial. Tiene un sistema de protección antigravedad: unos sacos hinchables que presionan alrededor de las piernas y el abdomen inferior para que la sangre no se acumule en la parte inferior del cuerpo. También disponen de un paracaídas y un cuchillo en caso de emergencia, además de estar equipados con radios, luces y kits de bengalas.
El naranja utilizado en la tela es un tono similar al naranja de seguridad, pero más profundo y rojizo, de muy alta visibilidad, que permite que en caso de emergencia los miembros de una tripulación puedan ser fácilmente detectados en cualquier tipo de paisaje, particularmente en el mar.
De la lana al diseño 3D
Para que un traje espacial pueda ser utilizado debe pasar por un exhaustivo estudio que garantice que puede proteger a los seres humanos que se expondrán a condiciones como alta radiación y presión, entre otros peligros.
Su traje tenía tres capas: una de lana, una de caucho y una de tela reforzada con cables de acero, todas forradas por una capa exterior de plata para evitar el recalentamiento. Incluía un casco cilíndrico de acero recubierto de aluminio y con triple cristal para evitar la radiación solar y llevaba un micrófono para comunicarse por radio.
Pero su invento no llegó a probarse, ya que por la guerra civil española, Herrera debió abandonar su proyecto. El traje, sin embargo, sirvió de inspiración para los que luego se utilizarían en las misiones estadounidenses y rusas, pioneras en la exploración espacial.
Hoy en día existen trajes para la actividad intravehicular, como ACES, y extravehicular (EVA), estos últimos diseñados para permitir trabajar fuera de las naves espaciales protegidos de las temperaturas extremas, la basura espacial y la radiación.
Los trajes blancos para caminatas espaciales, reflejan la radiación solar y facilitan la identificación en el espacio, pero también están equipados con reservas de agua, aire y medicinas para casos de emergencia.
Cada traje es confeccionado con diversas capas, a su vez compuestas por subcapas en las que se utilizan componentes como el Nomex (una fibra sintética con resistencia al calor y a las llamas), el teflón, el kevlar (fibra sintética usada chalecos antibalas y cascos balísticos) y el Mylar (tipo de película de poliéster, hecha de PET fundido).
También llevan cinco capas de nylon, como protección ante temperaturas extremas, neopreno, poliéster, poliuretano, elastano y algodón, entre otros, mientras que la ropa interior que deben usar es de Spandex.
En la actualidad, la Nasa incluso trabaja en tejidos fabricados con impresión 3D, que podrían utilizarse tanto para componentes como en trajes espaciales. Mientras la casa de moda de lujo Prada colaborará en la creación de los trajes espaciales que los tripulantes de la misión Artemis, la próxima en viajar a la Luna, usarán en 2025.