¿Podría el cambio climático alterar el color de los océanos?
Una vez más, el cambio climático pone en jaque al planeta: el fitoplancton marino se verá alterado para finales de siglo y, con él, el color de nuestros océanos. ¿Será más azul o más verde?
Los océanos, por lo general, son de color azul. Hasta ahí estamos todos de acuerdo, pero existen zonas donde las tonalidades cambian: cuanto más cerca estamos de la orilla de la playa, los tonos anaranjados, vainillas o blancos aparecen; cuanto más nos adentramos al océano -y más profundo se hace-, el color se vuelve más oscuro; y cuanto más cargada está el agua de microorganismos y materia orgánica disuelta -más conocido como fitoplancton-, los tonos verdosos y turquesas hacen su magnífica aparición.
Todo es cuestión de la cantidad de luz solar que se absorbe y se refleja en el agua. Como los impactos del cambio climático cada vez son más probables, diversos investigadores han publicado un reciente estudio en el que determinan que, para finales de siglo, el fitoplancton podría verse alterado en su composición, cantidad y distribución debido al aumento progresivo de las temperaturas del agua del mar y, por extensión, modificar el color del océano.
La clave del color del océano se encuentra en el fitoplancton
¿Y cómo puede verse afectado este color entonces? ¿Va a volverse más claro u oscuro? ¿Va a crear nuevas tonalidades? La clave de ello está en el fitoplancton, en cómo está distribuido, de qué está compuesto y cuánta cantidad posee, además de cómo le afectan las temperaturas. Elestudio plantea que los océanos serán los primeros -y ya lo están siendo, de hecho- en demostrar cómo el calentamiento global está alterando nuestro planeta.
Se estima, por tanto, que para el año 2100 más del 50% de la superficie marina podría modificar su color habitual. El océano seguirá siendo azul, por supuesto, pero algunas regiones, como en los giros subtropicales, al norte y al sur del Ecuador, serán posiblemente más azules; mientras que los tonos verdosos serán posiblemente más intensos en las aguas polares y en las aguas costeras tropicales, donde el fitoplancton no se verá tan alterado por el aumento de estas temperaturas.
Efectivamente, de nuevo hablamos de cambio climático
El cambio de color realmente indica que el fitoplancton marino está sufriendo de manera directa el impacto del cambio climático y está desencadenando, tras él, una serie de cambios dentro de la vida marina. Un cambio, por cierto, que será casi imperceptible para el ojo humano, pero perfectamente detectable para los sensores ópticos, los cuales determinarán cómo se ha redistribuido y concentrado este fitoplancton en ciertas zonas, reducido en otras y cómo será la vida marina en ellas, lo que llevará a cambiar de forma sutil las tonalidades de las aguas.
Al hilo con el tema, hace justamente un año salió a la luz otro estudio en el que se planteaba, mediante una simulación climática, que para el año 2300 los patrones de viento cambiarán ascendiendo hasta el polo, calentando las aguas superficiales a su paso, deshaciendo el hielo, redistribuyendo los nutrientes a escala global y, por consiguiente, reduciendo la pesca en más del 20% a nivel mundial y, en casi, el 60% en el Atlántico Norte debido a la disminución de la productividad biológica marina. Algo que, sin duda, también afectará a la distribución del color del agua del mar para ese entonces.