Plantas para interiores con luz y 4 horas de autonomía, son posibles
Con la factura de la luz por las nubes debido a la guerra de los combustibles fósiles y con un planeta cada vez más caliente a consecuencia de estos, la transición energética para lograr la descarbonización es la única salida viable. ¿Podrán las plantas ayudarnos?
Entre todas las grandes ideas innovadoras diseñadas para no tener que recurrir a los combustibles fósiles si queremos encender la luz en casa, los científicos han pensado que la propia naturaleza puede ser una fuente viva de energía. ¿Te imaginas poder leer un libro a la luz de una planta luminosa en tu escritorio?
No es algo descabellado, los Ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge han dado los primeros pasos. Te explicamos qué han descubierto sobre estas plantas luminosas que parecen haber salido de una película de ciencia ficción.
Crear plantas luminosas es posible
Los científicos han descubierto que diseñar plantas para la emisión de luz visible es posible gracias a una nueva área de investigación: la nanobiónica de plantas.
Esta nuevo campo científico tiene como objetivo insertar diferentes tipos de nanopartículas en su sistema para crear plantas que asuman muchas de las funciones que ahora realizan los dispositivos eléctricos.
Con esto, definitvamente la iluminación sostenible sería viable y todo gracias a la genética de la propia planta: son seres vivos capaces de repararse a sí mismos, formar su propia energía y adaptarse al entorno exterior.
¿Cómo se produce la energía?
Para crear plantas brillantes, el equipo recurrió a la luciferasa, la enzima que hace brillar a las luciérnagas. Esta actúa sobre una molécula llamada luciferina, algo que hace que emita luz, mientras que otra molécula llamada coenzima A ayuda al proceso al eliminar un subproducto de la reacción bioquímica que inhibe la actividad de la enzima luciferina.
Cada uno de estos componentes es transportado por una nanopartícula, lo que asegura que lleguen al lugar correcto y evita que se concentren en un lugar que podría ser tóxico para la planta.
En este proceso se necesitaron tres nanopartículas, unas partículas microscópicas de sílice para transportar la luciferasa, otras ligeramente más grandes para transportar luciferina y, por último, las nanopartículas de quitosano para transportar la coenzima A. Estos componentes se insertan en las hojas de las plantas a través de pequeños poros llamados estomas.
Además, no solo pueden generar luz en una planta si no también controlar su emisión. Los científicos pueden apagar la luz agregando nanopartículas que contienen un inhibidor de luciferasa. Esto podría permitirles diseñar plantas que apaguen su emisión de luz en respuesta a condiciones ambientales, como la luz solar.
Plantas brillantes con mayor duración
Los investigadores utilizaron una planta de berro de aproximadamente 10 centímetros para su investigación. A pesar de que produce aproximadamente una milésima parte de la cantidad de luz necesaria para leer, los investigadores creen que pueden aumentar tanto la cantidad de energía luminosa emitida como la duración de la luz optimizando aún más la tasa.
Los investigadores esperan desarrollar una forma de rociar las nanopartículas directamente sobre las hojas de las plantas, lo que podría hacer posible transformar cualquier tipo de árbol o planta en fuentes de luz.
Se cree que cuando se logre optimizar esta nanotecnología, las plantas se volverán lo suficientemente brillantes como para iluminar los espacios de trabajo. Es más, esta tecnología también podría usarse para proporcionar iluminación interior de baja intensidad o para convertir árboles en farolas automáticas.