Orina de astronauta: ¿clave para colonizar la Luna?
El 1,5 litros de residuos líquidos que genera una persona todos los días podría convertirse en un subproducto prometedor para construir viviendas en otros planetas o en la Luna.
Durante miles de años, la humanidad ha soñado con habitar la superficie lunar. Ya sabemos cómo llegar, ahora hay que resolver el problema de dónde vamos a vivir. Transportar medio kilo de materiales al espacio cuesta alrededor de $10,000, por lo que construir un módulo completo en nuestro satélite sería extremadamente costoso. Por esta razón, las agencias están explorando materiales alternativos que se pueden obtener en la Luna.
Aunque suene desagradable, la orina es un recurso perfecto para la construcción en el espacio, debido a la urea, el componente más abundante en la orina después del agua. Y tiene la ventaja de que es gratuito, prácticamente ilimitado y no necesita ser transportado ya que los propios astronautas lo fabrican de forma autónoma.
La urea puede romper los enlaces de hidrógeno y reducir la viscosidad de las mezclas de fluidos. Los experimentos han encontrado que cuando la urea se mezcla con polímeros lunares (extraídos del suelo), el concreto producido es hasta 10 veces más fuerte que el terrestre y mucho más maleable. Las propiedades se mantuvieron incluso después de someterlo varias veces a congelación para simular las variaciones climáticas de la Luna.
“La esperanza es que la orina de los astronautas se pueda usar esencialmente en una futura base lunar, con pequeños ajustes en el contenido de agua. Esto es muy práctico y evita la necesidad de complicar aún más los sofisticados sistemas de reciclaje de agua en el espacio”, explica Marlies Arnhof, coautora del estudio .
Ladrillos espaciales hechos de urea
E n India, la investigación en este campo sigue un camino similar. Allí, los investigadores crearon una nueva técnica para fabricar ladrillos utilizando también la urea, que puede obtenerse de la orina o de una bacteria llamada Sporosarcina pasteurii, pero utiliza goma guar en lugar de cemento como soporte.
Esta sustitución es interesante, ya que la goma guar se obtiene a partir de un tipo de leguminosa, reduciendo así la huella de carbono que se produce en la fabricación. Este material renovable y resistente podría ser utilizado en construcciones terrestres.
“Tenemos un largo camino por recorrer antes de mirar los hábitats extraterrestres. Nuestro próximo paso es hacer ladrillos más grandes con un proceso de producción más automatizado y paralelo”, dice Kumar, uno de los investigadores del estudio. “Al mismo tiempo, también nos gustaría mejorar aún más la resistencia de estos ladrillos y probarlos en diversas condiciones de carga, como impactos y posiblemente terremotos lunares”, aclara.