Un oceanógrafo americano demuestra que la lluvia ayuda a que el océano atrape más carbono de lo pensado
Los resultados de una reciente investigación confirman que la lluvia ayuda a que el océano atrape hasta un 7 % más de carbono de lo que se suponía. Te contamos la historia especial de un investigador que llegó a esta conclusión luego de más de tres décadas de trabajo.
Esta historia es similar a cuando tienes pocos fondos en tu tarjeta de crédito, y te avisan del banco que te extienden el límite un poco más. Las deudas continúan, pero ahora hay algo más de tiempo. Veamos cómo podemos llevar esta historia de todos los días a la atmósfera en la que vivimos. Ocurre que hasta ahora la lluvia se ha ignorado en los cálculos de la capacidad del océano para absorber carbono, pero una nueva estimación muestra que aumenta el sumidero oceánico entre un 5 % y un 7 %. Nos dan un poco más de crédito!!
Ahora miremos dentro de la realidad. Tal como indica Live Science, hace tres décadas, David Ho instaló dos piscinas infantiles rosas con dibujos de dinosaurios en el aparcamiento de un edificio de la NOAA en Miami, donde eran frecuentes las tormentas vespertinas. Tenía 22 años, acababa de terminar sus estudios universitarios y trabajaba como técnico en la NOAA. ¿Qué hizo entonces David? Llenó ambas piscinas de agua, añadió un gas trazador y colocó un toldo sobre una de ellas como control.
Luego se dio tiempo para esperar, y después, durante varios meses, fue viendo cómo caía la lluvia y cómo se recogía cuando se fue empapando. En ese proceso él tomó muestras de cada piscina con jeringuillas de cristal. Lo que siguen son palabras de David Ho, no nuestras: “fue bastante miserable. Pero obtuve algunos resultados interesantes”. ¡La Pelopincho de David habría ayudado a la ciencia entonces! Sigamos navegando dentro de su historia para conocer los resultados.
Cómo la lluvia ayuda en el proceso
Estos primeros experimentos de David Ho lograron demostrar que la lluvia aumenta la velocidad de transferencia del dióxido de carbono (CO2), o la eficacia con la que se transfiere del aire al agua. Ho, que ahora es oceanógrafo de la Universidad de Hawái en Manoa, ha seguido investigando el tema desde entonces, analizando el efecto en un simulador de lluvia de la NASA y durante viajes de investigación en el Pacífico. Con más recursos que sus piscinas con dibujos de dinosaurios de hace tres décadas, sus observaciones ayudaron a entender el papel de la lluvia en la captación de CO2.
Su último estudio publicado en Nature Geoscience es la culminación de este trabajo, y ofrece la primera estimación exhaustiva y global de lo que ocurre con los flujos de CO2 cuando la lluvia llega al océano. Del estudio también participaron otros investigadores del Instituto Politécnico de París.
Ahora con la seriedad de una investigación de este topo, Ho afirma que “puede sorprender que se haya tardado tanto en cuantificar este proceso, pero en parte se debe a que se trata de un problema difícil de examinar”, afirma Ho. El trabajo ahora está abierto al chequeo de pares para que sea realmente reconocido por la comunidad científica, pero todo indica que su aporte será muy revelador para mejorar la comprensión de la interacción entre la atmósfera y los océanos en este complejo proceso.
Datos que ayudan a comprender la realidad
Algo que conceptualmente es importante entender es que la absorción de dióxido de carbono en el océano no es uniforme. Algunas regiones actúan como sumideros, arrastrando el gas hacia abajo, mientras que otras zonas lo liberan. En el resumen del estudio se indica que la lluvia altera las propiedades físicas y biogeoquímicas locales de la superficie del mar, pero su variabilidad espaciotemporal ha hecho que se pase por alto en los estudios sobre la absorción mundial de carbono por los océanos.
Todo este proceso demuestra la importancia de mejorar la calidad y toma de datos de cada variable para poder comprender mejor los procesos involucrados. Esta tarea necesita de tiempo, a veces mucho tiempo para que los especialistas logren conclusiones finales. Y a veces necesitan de mentes como las de Ho que aun con pocos recursos como sus dos piletas con dinosaurios pudo emprender un camino que hoy aporta datos invaluables para la ciencia en un mundo que está mostrando cómo los océanos se calientan.
Diferentes procesos físicos y químicos en las fases gaseosa y líquida del agua controlan la transferencia de CO2 entre la atmósfera y el océano. La lluvia influye en el flujo interfacial aumentando la turbulencia en el océano y modulando el gradiente de concentración de CO2 entre el aire y el mar. Al mismo tiempo, las gotas de lluvia inyectan en el océano el CO2 absorbido durante su caída a través de la deposición húmeda. En este estudio se presentó una estimación exhaustiva de estos efectos sobre la absorción mundial de carbono por el océano durante 2008-2018, basada en productos de observación, tanto por satélite como in situ y en reanálisis.
Referencia de la noticia:
Parc, L., Bellenger, H., Bopp, L. et al. Global ocean carbon uptake enhanced by rainfall. Nat. Geosci. 17, 851–857 (2024). https://doi.org/10.1038/s41561-024-01517-y