Meteorología extrema de mayo, un mes de grandes sobresaltos
En el mes de mayo son habituales los sobresaltos meteorológicos. La actividad tormentosa gana protagonismo. Tampoco son raros los episodios de alto impacto, provocados por fenómenos muy extremos. ¡Veamos algunos ejemplos!
Mayo es un mes de altibajos, tanto en las temperaturas como en los cambios de tiempo de distinto signo que tienen lugar en esa época del año. Las tormentas son una de sus principales señas de identidad. La actividad tormentosa cobra protagonismo en este mes –antesala del verano–, en el que tampoco suelen faltar fuertes calores intercalados con algunos notables descensos térmicos, aunque de menor recorrido. En la larga lista de efemérides meteorológicas del mes de mayo encontramos innumerables y notables ejemplos que ilustran ese carácter variable a la par que extremo.
En mayo hay documentadas inundaciones catastróficas, devastadores granizadas, vientos huracanados, calores caniculares y un largo etcétera de fenómenos meteorológicos extremos, con una mayor frecuencia y reparto espacial que en otras épocas del año. Los habitantes de O Barco de Valdeorras, en Ourense, difícilmente olvidarán las fuertes tormentas que descargaron allí el 9 de mayo de 2017, produciéndose las mayores intensidad de lluvia documentadas en Galicia hasta la fecha, con 99,6 l/m2/h, acumulándose en la localidad 84,6 l/m2.
En el otro extremo de la Península (provincia de Málaga) también llovió torrencialmente el 18 de mayo de 2011. En esta ocasión una potentísima tormenta descargó en tan solo 3 horas 149 l/m2 en Riogordo, y 90 l/m2 en 2 horas en Benahavís, 62 de los cuales cayeron en una hora. Ese mismo día, pero diez años antes; el 18 de mayo de 2001, las tormentas de mayo se cebaron especialmente en Castilla-La Mancha, registrándose el impacto de nada menos que 5.734 rayos en la provincia de Ciudad Real. Sirvan estos ejemplos para resaltar la intensidad que llegan a alcanzar a veces las tormentas de mayo, rivalizando con las que ocurren en los meses del verano.
Explosión tormentosa primaveral
Prácticamente ninguna zona de la Península se libra en mayo de verse afectada al menos por una tormenta. Las zonas con mayor actividad tormentosa son las dos donde en el computo anual descargan más tormentas y un número mayor de rayos. En el Sistema Ibérico y área de influencia, se producen, en promedio, entre 4 y 5 días de tormenta en el mes de mayo; un número que es ligeramente mayor en los Pirineos, con algunos enclaves –principalmente del Pirineo aragonés– donde llegan a tener hasta 7 días de tormenta de los 31 que completan el mes.
En el mapa adjunto podemos comprobar cómo es justamente en el nordeste peninsular donde la actividad tormentosa es mayor en el mes de mayo, si bien hay zonas extensas en ambas mesetas donde se alcanzan o incluso superan los 4 días de tormenta. No es raro, además, que alguna de ellas sea particularmente violentas. Las primeras supercélulas de la temporada suelen darse justamente en mayo. Este mes presenta una actividad tormentosa similar a la de septiembre, con una única diferencia: el área mediterránea, donde entran en escena las intensas y peligrosas tormentas otoñales.
El devastador tornado de Madrid de mayo de 1886
De todas las efemérides meteorológicas del mes de mayo hay una particularmente llamativa por su carácter excepcional. Se trata del violento y mortífero tornado que el 12 de mayo de 1886 afectó a una parte de la ciudad de Madrid, lo que tuvo consecuencias devastadoras, a tenor de las crónicas periodísticas de la época. El tornado se generó en el seno de sistema tormentoso muy poderoso (en el que a buen seguro se gestó al menos una supercélula), que generó dos tornados casi simultáneos, según dejó escrito el meteorólogo Augusto Arcimis, algo antes de convertirse en el primer director del Instituto Central Meteorológico (actual AEMET).
En su momento, las crónicas e informaciones se refirieron al violento meteoro como un ciclón o huracán. El tornado (dejando abierta la posibilidad de que fueran dos, con un recorrido similar y evolucionando a la par) inició su trayectoria al sur de la ciudad en el entonces municipio (ahora barrio) de Carabanchel Alto. Avanzó en sentido SW-NE (el habitual del flujo rector de muchas tormentas peninsulares), alcanzando la Puerta de Toledo, Atocha y el Parque del Retiro, donde causó una gran devastación, así como algunas calles y edificios próximos, como el Casón del Buen Retiro, que estaba siendo reformado en ese momento. Aparte de los numerosos destrozos, mató a 47 personas, según los datos oficiales.
En un impecable trabajo de meteorología forense, llevado a cabo por Miquel Gayá, en 2006, este investigador llegó a la conclusión de que el tornado de Madrid llegó a ser un F3 (en la escala de Fujita), lo que justifica su rareza (hay muy pocos tornados de esa magnitud o mayor documentados en España) y excepcionalidad. El hecho, además, de que su trayectoria atravesara una parte de la ciudad de Madrid (capital de España), da mayor relevancia si cabe a este episodio meteorológico.
La cara más extrema del mes de mayo
Tornados aparte, el carácter extremo que presenta a veces el tiempo en el mes de mayo está avalado por numerosas efemérides recopiladas por AEMET. Para concluir este pequeño artículo comentaremos algunas de ellas particularmente llamativas. Por ejemplo, hasta 235 l/m2 dejó un episodio de lluvias torrenciales en Lluc, en Mallorca, el 3 de mayo de 2010. Mucho más reciente en el tiempo no podemos olvidarnos de los 172 l/m2 que se recogieron en solo 3 horas en la ciudad de Valencia el 3 de mayo del año pasado (2022).
Aunque marzo es el mes que tiene fama de ventoso, en mayo a veces se llegan a registrar vientos extraordinarios, como la racha 122 km/h en Barbate (Cádiz) medida el 29 de mayo de 2008, el mismo registro alcanzando en Almería el 4 de mayo de 1993, los 138 km/h medidos en el aeropuerto de Melilla el 2 de mayo de 1992, o los 147 km/h en la base aérea de Talavera la Real, en Badajoz, el 8 de mayo de 1970.
Terminaremos este rápido repaso comentando algunas de las granizadas más sonadas ocurridas en mayo, asociadas a violentas tormentas como las que hemos indicado que se producen a veces este mes. El 19 de mayo de 1990 una brutal granizada que dejó piedras de hielo de hasta 8 cm de diámetro causó graves destrozos en Ordizia (Guipúzcoa).
Sin llegar a esos calibres, una fuerte tormenta de pedrisco causó graves daños al cereal en la comarca turolense de Jiloca, el 30 de mayo de 2015. También fue impresionante la capa de 30 cm de espesor del granizo que llegó a acumularse en algunas zonas de la localidad soriana de Ágreda, el 29 de 2017. La lista es larga. Sirvan estas líneas para avisar al lector de los sobresaltos meteorológicos que pueden acontecer en el mes de mayo.