La faceta más desconocida de Mariano Medina
Aunque Mariano Medina es sobre todo recordado por sus intervenciones en televisión, siendo el primer hombre del tiempo de TVE, también destacó en numerosas facetas como meteorólogo, entre ellas la meteorología marítima.
NOTA PRELIMINAR: Quien suscribe estas líneas, en nombre de Meteored, agradece al personal de la biblioteca de la sede central de AEMET por la documentación aportada sobre la Revista de Meteorología Marítima.
Este año (2022) se cumple el primer centenario del nacimiento del meteorólogo Mariano Medina Isabel (1922-1994), que dejó una profunda huella en muchos españoles gracias a su labor pionera en televisión. Fue el primer hombre del tiempo de TVE, lo que compaginó con intervenciones en radio (Radio Madrid [cadena SER] y RNE) y artículos en prensa escrita, aparte de los de corte científico y los libros que también publicó.
Paralelamente a su incesante y prolongada actividad en los medios de comunicación (estuvo 28 años en televisión, desde 1956 hasta 1984), desarrolló una brillante carrera en el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), viviendo la transición del SMN al INM (actual AEMET), que compaginó con la enseñanza universitaria y también con los cursos de formación interna de meteorólogos. Cualquiera de esas facetas daría por sí misma para escribir con profusión sobre ella. En el presente artículo nos centraremos únicamente en su “etapa marítima”, poco conocida por el público en general.
El recordado barco K
Las personas que, por su edad, recuerdan las intervenciones de Mariano Medina en televisión, por un lado no olvidan su imagen seria y solvente (que transmitía confianza) y la precisión y claridad expositiva con la que explicaba la situación meteorológica de cada día y su evolución a corto plazo. En su discurso fue desplegando una amplia terminología meteorológica, que fue calando en la población. Aparte de referirse al anticiclón de las Azores, las borrascas, las isobaras, los frentes, las gotas frías… era habitual que hiciera referencia al barco K, que a buen seguro recordarán los fieles seguidores de aquellos espacios del tiempo en blanco y negro de los años 60 y 70.
Ese barco formaba parte de una flotilla de una decena de ellos, que situados en posiciones fijas del Atlántico Norte constituían una red de estaciones meteorológicas marítimas conocida con la sigla OWS (Ocean Weather Stations). La red fue creada por EEUU, durante el mandato del presidente Roosevelt, aunque alguno de los barcos que se incorporaron a ella –como el K– navegaban bajo pabellón de otros países (Francia en el caso que nos ocupa).
Permaneció plenamente operativa desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta mediados de los años 70, en que fueron dándose de baja barcos, en un lento proceso que no culminó hasta el 1 de enero de 2010, en que cesó su actividad el último de ellos: el barco M (Polarfront), ubicado en el mar de Noruega.
En un artículo titulado “Solitarios del mar”, publicado en el nº 80 de la revista Triunfo, el 14 de diciembre de 1963, Mariano Medina explicaba con detalle en qué consistía la labor de estos barcos, refiriéndose específicamente al barco K en los siguientes términos: Quienes nos dedicamos a la tarea de pronosticar el tiempo, hemos pensado y comentado muchas veces “¿Cómo nos las arreglaríamos si no estuviese ahí el barco K?” Es un viejo conocido, el simpático barco K de los espectadores de TVE que siguen la información del tiempo cada día. Su nacionalidad es francesa; su nombre completo “Kilo”; pero todos le conocemos con sólo su inicial. Situado a unos 600 kilómetros al Oeste-noroeste de La Coruña, en pleno Atlántico, sus observaciones las realiza en los 45 grados de latitud norte, 16 grados de longitud oeste.
La etapa marítima de Mariano Medina
En 1962 (un año antes de que Medina publicara el artículo), el SMN inauguró su nueva sede central en la Ciudad Universitaria de Madrid y Mariano Medina dejó su destino en el aeropuerto de Barajas y pasó a ocupar una plaza de meteorólogo en el recién creado Centro de Análisis y Predicción (CAP). Poco después se creó la Sección de Meteorología Marítima, cuyo primer responsable fue Carlos Zabaleta. Este meteorólogo fue el que recibió el encargo, por parte de Mariano Medina, de realizar las figuras técnicas de su primer y exitoso libro “El tiempo es noticia” (Ediciones CID, 1964).
En 1965 Mariano Medina dejó temporalmente el CAP y se incorporó a la Sección de Meteorología Marítima, impulsando –junto a Zabaleta– la predicción meteorológica costera y de alta mar, de vital importancia para los pescadores y navegantes. Ambos pusieron en marcha las técnicas de análisis y predicción de oleaje, incluyendo la confección de mapas con variables como la temperatura del agua del mar. En 1970, Mariano Medina asumió la Jefatura de la Sección de Meteorología Marítima, aunque apenas se mantuvo unos meses en el cargo, ya que pronto retornó al CAP, convirtiéndose en el principal responsable de la predicción meteorológica en España.
En septiembre de aquel año, contando con la inestimable ayuda de su compañero y amigo Carlos Zabaleta, puso en marcha la “Revista de Meteorología Marítima”. Con carácter trimestral, se publicaron un total de 34 números a lo largo de 8 años (período: 1970-1978). Ambos meteorólogos publicaron con regularidad artículos en la revista, junto a otros autores.
Entre las contribuciones de Medina destaca un completo artículo, publicado en 3 entregas, titulado “Los ciclones tropicales, mecanismo compensador del medio ambiente atmosférico; una posible génesis del ciclón”, que aparecieron en los números 7, 8 y 9 de la revista, todos ellos publicados en 1972. También publicó otros artículos que fueron el germen de su segundo libro: “La mar y el tiempo”.
La mar y el tiempo
En 1974 Mariano Medina publicó en la editorial Juventud este libro ("La mar y el tiempo"), que a la postre fue su segundo libro de corte divulgativo, tras “El tiempo es noticia” (renombrado tras la tercera edición –con la editorial Paraninfo– como “Iniciación a la Meteorología”). El subtítulo de “La mar y el tiempo” deja claro cuáles son los destinatarios a los que va dirigida la obra: “meteorología náutica para aficionados, navegación deportiva y pescadores”. Tal y como hemos apuntado, para la confección del libro, Medina se nutre de algunos de los artículos que previamente había publicado en la citada “Revista de Meteorología Marítima”.
El libro se lo dedica Mariano Medina a sus hermanos María Teresa y Fernando, que al igual que él trabajaron en el SMN, aunque no como meteorólogos. Fernando Medina también es recordado por sus intervenciones en TVE, ya que, al igual que Eugenio Martín Rubio, Pilar Sanjurjo y Manuel Toharia, constituyeron aquella primera hornada de hombres y mujeres del tiempo de la televisión en España.
Volviendo al libro, no podemos dejar de citar la frase con sorna (marca de la casa) que precede al prólogo: Preocúpese del tiempo antes de hacerse a la mar y déjese de alegres improvisaciones. Le siguen al prólogo 8 capítulos, que pasamos a enumerar: 1. El agua del mar – 2. Efectos del viento sobre la mar – 3. El barco en una mar ondulada – 4. Algunos factores meteorológicos (presión y viento) – 5. Los mapas del tiempo – 6. La mar y el tiempo en el Mediterráneo Occidental – 7. La mar y el tiempo en el Cantábrico – 8. La información meteorológica para la navegación
A la primera edición del año 1974, le siguió una segunda en 1990. Al igual que le ocurrió a su primer libro, este segundo también tuvo una gran acogida, lo que ha hecho que salieran ediciones posteriores. En el presente artículo hemos incluido las portadas de todas ellas. La última hasta la fecha apareció en 2002. Es un libro que mantiene su vigencia y que conjuga a la perfección dos las virtudes que caracterizó a Mariano Medina: su profundo conocimiento del tema y su gran capacidad de comunicación.
Fue un divulgador nato, que también alcanzó la excelencia como meteorólogo. Su compañera en TVE y también meteoróloga Pilar Sanjurjo centró una parte importante de su labor profesional en las predicciones marítimas, teniendo como referentes a Carlos Zabaleta, Antonio Naya (otro de los grandes “meteorólogos marítimos”) y al maestro de meteorólogos y uno de sus grandes amigos: Mariano Medina.