Los libros de cambio climático imprescindibles para amenizar las próximas vacaciones de verano
Desde Meteored, recomendamos para este verano la lectura de media docena de libros sobre cambio climático publicados recientemente por varios expertos.
El verano es tiempo de lectura y desde Meteored os animamos a ello, para lo cual aquí van nuestras recomendaciones: seis libros que abordan el cambio climático desde distintas perspectivas. Se suceden las publicaciones sobre esta temática, si bien estos libros no terminan de funcionar bien a nivel de ventas. Probablemente haya una saturación de títulos y la oferta es mayor que la demanda, a pesar del indudable interés (y preocupación) que este asunto despierta en la sociedad.
Hemos agrupado los libros por parejas, de tal forma que los títulos que forman cada una de ellas son bastante complementarios entre ellos. El primer libro en el que nos detendremos es fundamentalmente un tratado de historia, pero el autor se empeña en demostrar –a lo largo de las casi 900 páginas que lo conforman– el papel decisivo que han tenido los cambios climáticos y los episodios hidrometeorológicos de alto impacto en la evolución de la humanidad.
La lectura de La Tierra transformada, de Peter Frankopan es obligada. La edición en español del libro salió publicada en marzo de esta año (2024) y la edición ha corrido a cargo de la editorial Crítica. En esta obra magnífica y revolucionaria, el conocido historiador explora los orígenes de nuestra especie, el desarrollo de la religión y el lenguaje, y cómo estos se entrelazan con el entorno natural.
Esa indisociable relación de los seres humanos y el clima nos lleva al segundo libro que comentaremos. Se titula Impactos sociales del cambio climático, su autora es Cristina García Fernández (profesora de Economía en la Universidad Complutense de Madrid [UCM]) y lo ha publicado la editorial Catarata, en colaboración con el IUDC (Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación, de la UCM.
A lo largo de sus 144 páginas, la autora analiza los fenómenos de las migraciones, la desigualdad, la pobreza y los grandes conflictos que tienen lugar en el mundo actual, como consecuencia de las alteraciones medioambientales que se están produciendo, de la mano el cambio climático antropogénico. En su análisis, la profesora García Fernández resalta la importancia que tienen el compromiso y la fuerza de la comunidad internacional para afrontar todos esos problemas crecientes que afectan a nuestra sociedad.
Dos títulos que no dejan indiferente
El tercer libro que recomendamos es Crimen climático. Cómo el calentamiento global está produciendo un genocidio (Debate, 2023) y viene también de la mano de otro economista: David Lizoain. El título es impactante, pero no debería sorprendernos, ya que hoy en día toda política es política climática, y está en juego quién vive y quién muere. Estamos viviendo un momento decisivo para el planeta, que se encuentra al borde del colapso por culpa de las acciones humanas.
¿Podemos afirmar que lo que está ocurriendo es un genocidio climático? Es la pregunta que plantea Lizoain al inicio del libro. Su respuesta, clara y contundente, es que nadie más que el hombre, con su obsesión por el crecimiento perpetuo, ha abonado el terreno para la catástrofe. El nuestro es ya un mundo de eco-apartheid, y el genocidio climático tiene lugar gracias a la complicidad generalizada de los poderosos. Añade el autor que es hora de terminar con la impunidad, movilizarse y lograr una ruptura radical (y sostenible) con el statu quo.
Si hemos llegado a este punto es porque no hemos hecho las cosas bien. El título del cuarto libro que recomendamos da en la diana: Hubo un momento en que pudimos cambiar esto (Alianza Editorial, 2024), lo firma el sociólogo y antropólogo Ramón J. Soria Breña y el prólogo lo firma quien suscribe estas líneas. Extraigo del mismo la siguiente cita: “Es urgente y prioritario despertar a la gente de su letargo, transmitir de forma eficaz a la población los riesgos a los que nos enfrentamos, en base al conocimiento científico.”
Por otra parte, se ha producido un fenómeno de sobreinformación en los medios, amplificado por unos estilos de comunicación sensacionalistas e incoherentes. Por ese motivo, la ciudadanía se sigue manteniendo en la indiferencia, el conformismo, el negacionismo o el fatalismo hacia este tema de importancia global y fundamental para el futuro de la humanidad.
El calentamiento global llevado a las portadas
La tercera y última pareja de libros que comentaremos comparten una estética exterior parecida, que asociamos al momento al calentamiento global. Sendos soles con intensos colores amarillos y naranjas dominan sus respectivas portadas. Emergencia climática (Malpaso y cía, 2024) es el último libro del ambientólogo Andreu Escrivà.
Fiel a su estilo y gran capacidad de comunicación, el autor escribe sin complejos sobre un mundo en el que el clima está desatado, que desafía a los lectores a enfrentarse a verdades incómodas y a tomar partido antes de que sea demasiado tarde.
Con un lenguaje directo y sencillo, que rehúye el academicismo y evita la avalancha de datos, Andreu Escrivà nos explica todo lo que hay que saber sobre el cambio climático, desmontando los mitos y los discursos negacionistas. Pero, sobre todo, sitúa a los lectores en el momento actual: debemos decidir hacia dónde vamos y qué estamos dispuestos a hacer para salvar nuestro planeta.
La última lectura recomendada para el verano tiene un título muy explícito (Calor, Debate [2024]) y viene de la mano del periodista científico Miguel Ángel Criado, que forma parte del equipo de Materia, de El País. Con el subtítulo Como nos afecta la crisis climática, la obra se centra en la magnitud que tienen ya los impactos del cambio climático en España; cada vez más evidentes (sequías, olas de calor, fenómenos meteorológicos de alto impacto y un largo etcétera).
En Calor, el autor se sumerge en una investigación sin precedentes. Quienes no consideren que el impacto en la flora y la fauna sea motivo suficiente de alarma, tal vez entiendan la necesidad inmediata de tomar cartas en el asunto si ven peligrar las industrias de las que depende este país, como la vitivinícola o la turística, o se sientan interpelados ante la dificultad cada vez mayor para sobrevivir (en algunos casos, literalmente) a los rigurosos veranos en las ciudades.