¿Sabías que los aviones son esenciales en la previsión del tiempo?
La aviación es una de las fuentes de información que utilizan los modelos numéricos para hacer las previsiones. Lo sabemos, la meteorología nunca te dejar de sorprender.
Los modelos meteorológicos son un producto muy complejo y sistémico que integra muchas variables, parámetros y datos que sirven para proyectar distintos escenarios a nivel atmosférico.
Las previsiones meteorológicas se basan en una radiografía del momento 'actual', llamada D0, que aglutina todas las variables meteorológicas: temperatura, humedad, presión atmosférica, viento... para cada una de las "capas" de la atmósfera. Las fuentes de esos datos son muy diversos: estaciones oficiales de los servicios meteorológicos, radiosondas, satélites, barcos, sensores marítimos y... ¡aviones!
Así pues, la aviación es una de las fuentes de información fundamentales que utilizan los modelos numéricos para hacer sus pronósticos. Hay distintos formatos o tipologías de información, como los datos 'AMDAR'.
Según nos cuenta Daniel Santos, meteorólogo del servicio meteorológico danés, los aviones proporcionan datos en distintos momentos: en la aproximación de descenso, en el despegue o en la altura de crucero. Las variables subministradas en los momentos de subida o descenso son muy útiles para hacer un perfil de la atmósfera y saber qué temperatura, humedad, viento... hay en distintas cotas de una misma zona geográfica.
Las compañías aéreas recogen estos datos y los mandan al 'Global Telecommunication System' (GTS), que a su vez alimenta algunos modelos numéricos como el GFS o el del centro europeo.
El hemisferio norte, tal y como se puede comprobar en el mapa, tiene una cobertura de datos 'aéreos' muy significativa. Santos constata que aquellas zonas con menor cobertura hay satélites que cubren 'esas deficiencias'.
Caída de observaciones durante la pandemia
La pandemia de la COVID 19 ha implicado una disminución muy significativa del tráfico aéreo a nivel global. Según ENAIRE, el 2020 España perdió el 60% de los vuelos. Esta circunstancia, obviamente, hizo caer el número de datos meteorológicos diarios subministrados por los aviones. Daniel Santos afirma que se establecieron mecanismos para paliar este efecto a través de los sondeos, que se incrementaron de una forma sustancial. A pesar de ello, es cierto que durante los primeros meses esta situación repercutió negativamente en la cadena de datos meteorológicos y en los modelos numéricos.