Los almendros, ¿en flor por causas naturales o cambio climático?
El almendro (Prunus dulcis), es un árbol frutal caducifolio de la familia de las rosáceas, que destaca principalmente por su vistosa y sobretodo temprana floración.
Los almendros son originarios de Asia Central y más en concreto, de la zona de Mesopotamia y Oriente Medio, por lo que están perfectamente adaptados a condiciones climáticas extremadamente cálidas y secas. No obstante, aguantan a la perfección periodos de fríos intensos, fuertes heladas y temperaturas de hasta -20 ºC bajo cero.
Los almendros llegaron a la Península Ibérica a través de los romanos
Su llegada a Europa comenzó por Grecia e Italia, extendiéndose con posterioridad a la península ibérica de manos de los romanos, siendo una especie que, a lo largo de los años, se ha adaptado perfectamente a nuestras condiciones climáticas y que siguió expandiéndose con posterioridad a otras zonas de nuestro planeta como América.
Es el frutal que antes florece, ya que necesita pocas horas de frío
El almendro es el frutal que antes florece, por lo que el riesgo de heladas que tiene es mayor que el de otras especies. Esto ha llevado a la investigación y obtención de nuevas variedades cada vez más tardías. El motivo por el que los almendros florecen tan pronto (algunas variedades como el Desmayo, a mediados de enero), se debe a que son especies que necesitan solamente entre 300 y 500 horas de frío (menos de 7.2 ºC) y de unos determinados -pocos- días de calor durante el invierno para poder florecer. Es decir, son árboles que ven preferible correr el riesgo de sufrir una helada tardía, que a engordar su fruto con posterioridad y tener que sufrir las durísimas condiciones de aridez y sequedad de finales de verano.
Las flores de los almendros, no mueren si la temperatura no baja de los -2,7ºC (bajo cero)
Como necesitan entre 5 y 6 meses para que la almendra madure y sea biológicamente activa, el árbol tiene como estrategia inteligente florecer entre mediados de enero y el mes de febrero. De tal forma, que sus frutos ya han alcanzado la madurez entre junio y julio, aprovechando las lluvias y las suaves temperaturas primaverales para completar el proceso, antes de la llegada del largo, seco y sofocante verano.
Además de ello, para que el frío mate la flor no basta con que haya 0 ºC, sino que el termómetro tendría que descender por debajo de los -2,7ºC. Por lo que, como ya hemos comentado anteriormente, esta especie prefiere arriesgar a que haya una helada fuerte a comienzos de primavera, cosa que no sucede en un alto porcentaje de años, a tener que aguantar la dura sequía estival para madurar su fruto, poniendo en riesgo no solo la vida de dicho fruto, sino del árbol entero, que en condiciones de sequía no podría obtener el agua necesaria para seguir adelante con su ciclo biológico normal.
La floración de los almendros en los meses invernales es totalmente normal
En definitiva, cuando muchas personas comentan de forma novedosa y extraordinaria que los almendros han florecido en pleno invierno, no es para nada cierto, puesto que la floración normal de los almendros dependiendo de las numerosas variedades existentes, se produce siempre dentro del periodo invernal, entre el 10 de enero y el 10 de marzo aproximadamente. Ello no significa que con el paso de los años y en un contexto de inviernos menos fríos y prolongados, dicha floración se adelante unos días, pero tiene que quedar claro que ver los almendros en flor en pleno invierno, con sus pequeños matices temporales, es absolutamente normal.