Los 8 nombres que aparecen en la rosa de los vientos mediterránea

El viento es una de las señas de identidad del Mediterráneo. En este artículo explicamos cuál es el origen de cada uno de los nombres que aparecen en la clásica rosa de los vientos mediterránea.

Velero en el Mediterráneo
El viento es una de las señas de identidad del Mediterráneo; un mar surcado por embarcaciones a vela desde la antigüedad.

En la cultura mediterránea, el viento ocupa un lugar destacado. Históricamente, la navegación a vela por el Mare Nostrum ha sido fundamental en los asentamientos de los distintos pueblos que han ocupado la cuenca. El intercambio comercial entre ellos, actividades como la pesca y también las invasiones marítimas durante el sinfín de batallas y guerras ocurridas en el Mediterráneo, han convertido al viento en una de sus señas de identidad.

Desde que las primeras embarcaciones comenzaron a surcar sus aguas, el comportamiento del viento –en estrecha relación con el estado del mar– fue un elemento clave en el éxito o fracaso de las distintas empresas que se acometían. En la Grecia clásica los vientos se identificaban con dioses, pero el racionalismo fue abriéndose paso, surgiendo las primeras rosas de los vientos con unos fines puramente prácticos.

Descripción y orígenes de la rosa de los vientos

En Meteorología, una rosa de los vientos es un diagrama en forma de estrella donde se representan las frecuencias relativas de las diferentes direcciones del viento medido en una estación u observatorio meteorológico en un determinado período de tiempo. También se pueden representar las frecuencias de diferentes rangos de velocidad agrupadas según las distintas direcciones. El porcentaje correspondiente a las calmas se anota en un círculo dibujado en el centro de la rosa.

Rosa de vientos antigua
Antigua rosa de los vientos de 32 rumbos expuesta en el Museo Galileo, en Florencia, Italia. Crédito: © José Miguel Viñas.

Las rosas de los vientos de la antigüedad aparecieron en distintas culturas y fueron sofisticándose con el paso del tiempo. El poeta griego Homero (siglo VIII a. C.), hace referencia en La Odisea a una rosa de cuatro vientos principales (Bóreas, Euro, Noto y Céfiro), dispuestos según los cuatro puntos cardinales. Aristóteles (siglo IV a. C.) establece una rosa de 8 rumbos, Timosteno (siglo III a. C) una de 12 y el arquitecto romano Vitruvio (siglo I a. C) una de 24.

La rosa de 32 rumbos, usada en la actualidad, se representó por primera vez en un mapamundi medieval que se atribuye al geógrafo y cartógrafo mallorquín Abraham Cresques (siglo XIV), si bien algunas fuentes atribuyen su invención al también mallorquín Raimundo Lulio (h. 1322-1315 o 1316).

La citada rosa de los vientos de 32 rumbos incluye 8 vientos principales (cuatro marcan los puntos cardinales y otros cuatro son los vientos laterales), 8 vientos medios (colaterales) y 16 cuartos de viento (cuartas).

Ocho vientos con nombre propio

En la rosa de los vientos del Mediterráneo que está ampliamente extendida a nivel popular, aparecen los nombres de los 8 rumbos principales. Comenzando por el norte y desplazándonos en el sentido de las agujas del reloj tenemos la Tramuntana (N), el Gregal (NE), el Llevant (E), el Xaloc (SE), el Migjorn (S), el Garbí o Lleveig (SO), el Ponent (O) y el Mestral (NO).

Rosa de los vientos
Rosa de los vientos del Mediterráneo, en la que aparecen los nombres correspondientes a los ocho rumbos principales. Fuente: Escuela de Vela Marina Benicarló.

Un primer acercamiento interesante a estos nombres es su etimología, ya que, en muchos casos, nos da las claves para conocer algunos de los rasgos que los caracterizan. En el caso de la Tramuntana, la palabra proviene del latín transmontanus, lo que hace alusión a que es un viento que viene de más allá de las montañas: el Pirineo para más señas. El Gregal es el viento que proviene de Grecia. En algunos textos antiguos aparecen referencias al grec; al viento griego.

El uso de Llevant y Ponent (Levante y Poniente en castellano) se ha generalizado y no es exclusivo del Mediterráneo. Xaloc es el nombre en catalán que se le da al siroco, cuyo uso está muy extendido. También se emplea el término castellanizado Jaloque. Etimológicamente, tiene su origen en la palabra árabe xaluq (de la que existe también la variante xuruq) que significa “salida del sol”.

Mosaico con rosa de los vientos
En los paseos marítimos de muchos lugares costeros es frecuente encontrar un mosaico con una rosa de los vientos.

En la rosa de los vientos mediterránea el viento del sur se llama Migjorn; es decir “mediodía”, ya que cuando el astro rey en su recorrido diurno por la bóveda celeste alcanza su punto más alto, para verlo tenemos que dirigir nuestra mirada hacia el sur. El viento del suroeste es el Llebeig y también recibe el nombre de Garbí. De las dos maneras lo podremos ver escrito en la rosa de los vientos. Ambas palabras tienen también un origen griego, pasando después al árabe.

El Lleveig (lebeche en castellano) es el viento que proviene de Libia. Toma su origen de la palabra árabe labách (lebec), que a su vez proviene del término griego lybíkion, con origen en libi o libis, que es como en la época clásica se conocía a Libia.

En el caso del Garbí (o garbino), también se conoce así en árabe (sin la tilde en la i), que deriva de garb, que significa “oeste” y también “lugar lejano”. La región portuguesa del Algarve, situada al sur del país vecino, tomó justamente ese significado (al-garb) durante la época musulmana.

Completamos este recorrido por la rosa de los vientos del Mediterráneo, deteniéndonos en el Mestral: el viento maestro o magistral. La razón por la que el viento del noroeste recibe este nombre la encontramos en los antiguos atlas, donde situaban el centro del Mediterráneo en un punto imaginario equidistante entre Sicilia y Creta. Situando justo ahí la rosa de los vientos, dicho viento procede de donde está situada Roma, la ciudad más importante del Imperio Romano, conocida como Magistral Pentium.

Dependiendo del idioma encontramos distintas denominaciones para este viento en la cuenca mediterránea, aparte de Mestral y Mestre (variante usada en Baleares) en catalán, tenemos Mistral en español y francés, Maestral en italiano o Majjistral en maltés, entre otras denominaciones.