Las catastróficas tormentas de agosto de 1995 en Yebra y Almoguera
Hoy hace exactamente 24 años, el jueves 10 de agosto de 1995, varias tormentas de gran intensidad arrasaron las poblaciones alcarreñas de Yebra y Almoguera, provocando la muerte de 10 personas.
La jornada de aquel 10 de agosto, amaneció totalmente despejada y tranquila sobre toda la comarca de la Alcarria (Guadalajara). Nadie ni nada hacía presagiar el terrible y fatal desenlace que se produciría ya avanzada la tarde, en varios municipios de la zona.
Las fuertes tormentas comenzaron a última hora de la tarde
Las fuertes tormentas comenzaron a descargar con fuerza sobre el municipio de Yebra alrededor de las ocho y media de la tarde, cogiendo desprevenida a gran parte de la población. De hecho, la localidad tenía censados por aquel entonces unos 700 habitantes, llegando a 3.200 en la época estival, y aquel día la mayoría de las víctimas fueron sorprendidas a la salida del funeral por la muerte de una vecina.
El funeral comenzó a las 8 de la tarde y, quince minutos después, el inicio de la tormenta provocó un apagón que dejó sin luz a la iglesia. No obstante, el acto religioso prosiguió y una vez finalizado la gente pudo acompañar a la difunta al cementerio, ya que comenzaba a llover, pero aún de forma mansa y tranquila. A la vuelta del camposanto, la lluvia arreció de una forma torrencial e inesperada y algunos familiares que estaban más rezagados, no tuvieron más opción que refugiarse en los bajos de un almacén de la calle principal del pueblo, donde antaño se celebraba el baile popular.
La riada causó el fallecimiento de 10 personas, 7 en la localidad de Yebra
Por desgracia, aquel refugio se convirtió en una 'trampa mortal', ya que el agua se acumuló rápidamente en esa zona del pueblo y la presión provocó la rotura de un muro de más de 2 metros de altura que destrozó la puerta del antiguo almacén, pillando de pleno a los allí refugiados. Algunos de los presentes lograron escapar, pero siete de ellos corrieron peor suerte y fallecieron arrastrados por el agua y el lodo, apareciendo a varios kilómetros del pueblo. Los otros tres fallecidos de la tragedia fueron el director de la central nuclear de Zorita y su esposa, arrastrados por la riada cuando circulaban con su coche; y un camionero que falleció al volcar el camión que conducía en la vecina carretera de Albares.
Las lluvias torrenciales arrasaron también la vecina población de Almoguera pero por suerte, a pesar de que el casco urbano y alrededores quedaron devastados por un alud de agua y barro, no hubo que lamentar daños personales de consideración.
El nivel del río Tajo, experimentó una brutal crecida en un corto espacio de tiempo
La gran intensidad de las tormentas que se registraron se reflejó claramente en el propio cauce del río Tajo, que discurre por las proximidades de la zona. La Confederación Hidrográfica de dicho río, detectó una subida de nivel de hasta cuatro metros en un breve espacio de tiempo, pasando su caudal de 16 a 130 metros cúbicos por segundo, para estabilizarse unas horas después en los 55 aproximadamente.
En definitiva, estas dos localidades de la Alcarria siempre compartirán, por desgracia, esta catástrofe natural acontecida aquel lejano día de agosto de 1995. Las imágenes y recuerdos de multitud de coches esparcidos en posiciones insólitas a través del paisaje, de unos pueblos totalmente destrozados y de una agricultura arrasada, nunca podrán ser olvidados por los habitantes de la zona. Sin embargo, siempre quedará como parte positiva el gran número de personas que en una situación extrema sí que lograron salvar sus vidas y, la gran colaboración y solidaridad entre vecinos y familias, que lograron que los municipios afectados fueran recobrando progresivamente la normalidad.