Las 6 cosas que deberíamos dejar de hacer para conseguir el 'cero neto' en el CO2 en 2050
El cambio climático avanza rápidamente, y alcanzar el cero neto podría mitigar sus efectos en el futuro. Pero es algo que requiere de cambios drásticos en nuestro estilo de vida: aquí te los explicamos.
El cambio climático se presenta como una gran amenaza para la humanidad, manifestándose a través de fenómenos extremos como olas de calor, sequías e inundaciones debido al calentamiento global. Ante esta realidad, Leon Simons, investigador y divulgador en climatología y energía, propone una solución radical: lograr cero emisiones netas de carbono para el año 2050.
¿Qué es el cero neto?
El cero neto, también llamado neutralidad de carbono, se alcanza cuando las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) se equilibran con su absorción. Este estado implica que, en términos netos, no contribuimos al cambio climático.
Para alcanzar el cero neto, es necesario reducir las emisiones de GEI a un nivel lo suficientemente bajo como para que puedan ser compensadas por la absorción de los mismos.
El cero neto se convierte en una herramienta crucial para contrarrestar los peores impactos del cambio climático que ya se manifiestan a través de fenómenos atmosféricos extremos. La adopción de esta meta ambiciosa se vuelve necesaria para prevenir una catástrofe climática.
¿Es un objetivo que se puede conseguir? ¿Qué tendríamos que dejar de hacer?
¿Es posible alcanzar este objetivo? Según el climatólogo Leon Simons, sí, pero requiere cambios drásticos en nuestro estilo de vida. En su teoría, Simons propone que hay seis cosas que deberíamos dejar de hacer para conseguir el CO2 cero neto en 2050.
Dejar de quemar carbón
La producción de energía es una de las principales fuentes de emisiones de CO2. En la actualidad, existen 8500 centrales carboneras en todo el mundo.
Si todas ellas dejaran de funcionar, se reducirían las emisiones de CO2 en 10000 millones de toneladas al año.
Dejar de calentar las casas
La calefacción de los hogares es otra fuente importante de emisiones de CO2. En España, por ejemplo, la calefacción representa el 25% del consumo de energía primaria. Si dejáramos de calentar las casas, se reducirían las emisiones de CO2 en 1000 millones de toneladas al año. Esto podría lograrse mediante el uso de fuentes de energía renovables, como la energía solar o la energía geotérmica.
Dejar de conducir
El transporte es otro sector clave en la lucha contra el cambio climático. Los coches son responsables de una gran parte de las emisiones de CO2.
Si dejáramos de conducir los 1400 millones de coches que hay en el mundo, se reducirían las emisiones de CO2 en 10000 millones de toneladas al año. Esto podría lograrse mediante el uso de transporte público, la bicicleta o el caminar.
Dejar de volar
Los aviones son una de las formas de transporte más contaminantes. Un vuelo de ida y vuelta entre Madrid y Barcelona emite unas 2 toneladas de CO2. Si los aviones dejaran de volar 100 000 veces al día, se reducirían las emisiones de CO2 en 2000 millones de toneladas al año. Esto podría lograrse mediante el uso de trenes o barcos para viajes de larga distancia.
Dejar de comer carne
La ganadería es otra fuente importante de emisiones de CO2. La producción de carne requiere una gran cantidad de recursos, como agua, tierra y energía.
Si dejáramos de comer decenas de miles de millones de animales al año, se reducirían las emisiones de CO2 en 5000 millones de toneladas al año.
Dejar de enviar productos
El comercio mundial es responsable de una gran parte de las emisiones de CO2. El transporte de mercancías por barco, avión o camión genera grandes cantidades de gases de efecto invernadero. Si dejáramos de enviar cosas, se reducirían las emisiones de CO2 en 10000 millones de toneladas al año. Esto podría lograrse mediante la producción local y el consumo responsable.
¿Es posible lograr el cero neto en 2050?
Aunque la teoría de Simons es ambiciosa, no resulta inalcanzable. La consecución de este objetivo requiere modificaciones significativas en nuestro modo de vida. Si bien algunos cambios pueden representar desafíos, numerosas acciones, como optar por energías renovables, transporte sostenible y reducción de consumo de carne, pueden contribuir a reducir nuestra huella de carbono.
Cada pequeño cambio cuenta, y la colaboración colectiva puede ser la clave para lograr la meta de cero emisiones netas de carbono en 2050, preservando así nuestro planeta.