La semilla más grande del mundo revela una sorpresa genética que puede ayudar a salvar especies en peligro de extinción

Con un peso de hasta 18 kg o más, las semillas del árbol de coco de mar son pesos pesados a nivel mundial. Una nueva investigación ha descubierto que son incluso más extraños de lo que se pensaba.

semillas de coco de mar
Una semilla de coco de mer encontrada en Vallee de Mai, Seychelles. Crédito: Chris Kettle/Alianza Bioversity CIAT.

A la hora de descansar en una playa tropical, conviene tener cuidado con la agradable sombra que ofrecen las palmeras, para no ser víctima de la caída de un coco. Esto es especialmente pertinente si te encuentres debajo de un árbol de coco de mar, cuyas impresionantes semillas pueden pesar tanto como una pila de ladrillos.

Además de tener las semillas más grandes del mundo, que alcanzan un peso de 18 kg, el árbol de coco de mar (Lodoicea maldivica), alberga una biología extraña que sigue deparando sorpresas hasta el día de hoy. Ésta es la conclusión de un nuevo estudio que ha profundizado en la genética de esta especie en peligro de extinción.

Endogamia y exogamia

Endémica de dos islas del océano Índico pertenecientes a las Seychelles, la imponente palmera coco de mar cuenta con sólo 8200 individuos, un número que, lamentablemente, está en declive.

Cuando las poblaciones de la mayoría de las especies caen a cifras tan bajas como estas, especialmente cuando su área de distribución geográfica es limitada, una de las mayores amenazas para su existencia continua se convierte en la endogamia.

La falta de opciones a la hora de aparearse puede provocar lo que se conoce como depresión endogámica, en la que la falta de diversidad genética da como resultado una descendencia más débil.

Sin embargo, en una investigación publicada en la revista Scientific Reports, los científicos que estudian el árbol de coco de mar descubrieron que, de hecho, el árbol puede sufrir el problema opuesto.

A través de su evaluación de 139 árboles de coco de mar, descubrieron que las hembras preferían activamente a parientes cercanos para engendrar a sus crías, y que los árboles jóvenes mostraban mejores tasas de supervivencia cuando sus padres eran genéticamente similares.

El nombre del coco de mar se debe a que en la antigüedad se pensaba que crecía en el fondo del mar.

Este fenómeno, conocido como depresión exogamia, es relativamente poco común. Y si bien puede beneficiar a las especies a corto plazo, también puede perjudicarlas a largo plazo al tener las mismas consecuencias nocivas que la endogamia, como la falta de variación adaptativa.

Salvando el coco de mar

Como explican los autores, la ausencia de depresión endogámica en los árboles de coco de mar puede deberse a una serie de factores relacionados con la evolución de la especie en el aislamiento de la isla.

Por ejemplo, investigaciones anteriores han demostrado que una especie de gecko diurno endémica de las Seychelles es el polinizador más importante del coco de mar. Como los geckos no tienden a viajar grandes distancias, esto significa que la mayor parte de la polinización es localizada.

Sin embargo, en casos raros, otros polinizadores facilitan eventos de polinización a larga distancia, lo que los investigadores creen que puede ser suficiente para mantener la diversidad genética.

Seychelles
Una palma macho de coco de mar sobre el dosel de la isla Curieuse, Seychelles. Crédito: Chris Kettle/Alianza Bioversity-CIAT.

Los hallazgos recientes podrían desempeñar un papel importante en los esfuerzos en curso para conservar el coco de mar. Si bien se necesita mucha más investigación, los investigadores dicen que los esfuerzos de polinización deberían centrarse en exponer las semillas a una amplia gama de donantes de polen, mientras que los esfuerzos de plantación deberían priorizar la colocación de semillas fertilizadas cerca de los árboles madre.

Las técnicas de análisis genético del estudio también podrían ser útiles para guiar la investigación sobre otras poblaciones amenazadas o árboles en peligro de extinción en todo el mundo.

"Muy poco es 'normal' en el coco de mar, por lo que nuestros hallazgos, aunque inesperados, tal vez no deberían sorprender", dijo Chris Kettle, coautor del estudio e investigador de Alliance Biodiversity International y el Centro Internacional de Conservación Tropical y de Agricultura: "Los resultados no sólo son importantes para la conservación de este árbol icónico, sino que también pueden resultar importantes para la conservación y restauración de árboles en peligro de extinción en otros lugares".