La Pequeña Edad de Hielo en la pintura europea
Los paisajes invernales a los que dio lugar la Pequeña Edad de Hielo han quedado fielmente retratados en muchos cuadros de pintores europeos que vivieron la rigurosidad del frío durante aquel periodo de la historia.
Cuando pensamos en la Pequeña Edad de Hielo (PEH) nos vienen inmediatamente a la cabeza escenas invernales inmortalizadas en cuadros de distintos pintores europeos (principalmente de la escuela holandesa), que vivieron los rigores del frío durante una época en la que eran la norma y no la excepción, tal y como ocurre en la actualidad. En Climatología, la PEH es un largo periodo que abarca desde el siglo XV hasta el XIX, en el que el clima de Europa y de algunas otras regiones del mundo fue significativamente más frío que el actual, caracterizado por largos y gélidos inviernos.
Dicha circunstancia condicionó la vida de muchas generaciones de europeos. Algunos inviernos particularmente fríos pusieron a prueba la supervivencia de millones de personas, disparándose la mortalidad. La sociedad tuvo que irse adaptando, a la fuerza, a la rigurosidad que imponían las grandes nevadas y fuertes heladas asociadas a las olas de frío extremo. El desarrollo de actividades a la intemperie se convertía en muchos casos en un reto, que exigía protegerse adecuadamente del frío, buscar alimentos o mantener el equilibrio sobre el resbaladizo hielo. Todo ello ha quedado fielmente reflejado en centenares de pinturas.
El pintor más influyente de la Pequeña Edad de Hielo
Si hay un pintor de la PEH por excelencia ese es Pieter Brueghel el Viejo (h. 1526-30 – 1569). Fue el primero de una saga de pintores (la de los Brueghel) que nos dejó muchos paisajes invernales. Considerado el pintor holandés más importante del siglo XVI, su obra influyó notablemente en otros pintores que le siguieron, como Hendrick Avercamp (1585-1634), que también plasmaron en sus tablas los rigores de aquellos inviernos en los Países Bajos.
Hacia el año 1565, coincidiendo con uno de los momentos en los que el frío alcanzó una mayor intensidad de toda la PEH, Pieter Brueghel el viejo pintó algunas de sus obras más conocidas. Una de ellas es su famoso cuadro “Cazadores en la nieve” (dedicado a los meses de enero y febrero), que es la pintura más usada para ilustrar en publicaciones y conferencias la Pequeña Edad de Hielo.
Igualmente conocidos son “El censo de Belén”, “La masacre de los inocentes” y “Paisaje invernal con trampa de pájaros”. En todos ellos aparece la nieve cubriendo el terreno y los tejados de las casas y también el hielo sobre los lagos, ríos y charcos. El último de los cuadros citados, en el que aparecen distintas personas patinando sobre el hielo, ejerció una particular influencia en pintores como Avercamp, donde ese motivo se vuelve recurrente. El Museo del Prado, en Madrid, tiene entre sus fondos una de las copias que Pieter Brueghel el Joven hizo del cuadro original de su padre.
La edad de oro del patinaje sobre hielo
Ver hoy en día en invierno los canales de Amsterdam o de otras zonas de Holanda cubiertos con una capa de hielo lo suficientemente gruesa para soportar el peso de las personas patinando es difícil, aunque no imposible. La última vez que ocurrió fue en 2018 y la anterior en 2012. Durante la Pequeña Edad de Hielo lo común era que se encadenaran varios años seguidos en los que se congelaba gran parte del agua de los ríos, lagos o canales. Era habitual que esos espacios se convirtieran en pistas de patinaje y lugar de reunión.
Las Ferias de Hielo del Támesis, en Londres son el ejemplo más conocido de las múltiples actividades que tenían lugar sobre la capa helada, pero eso también era común en los Países Bajos y otros lugares del Viejo Continente.
El pintor holandés Hendrick Avercamp, al que ya hemos hecho referencia, convirtió los paisajes invernales en su especialidad. En muchos de sus cuadros aparecen personas patinando y llevando a cabo todo tipo de acciones sobre el hielo (juegos, deportes, bailes…). Una de sus obras más emblemáticas es “Paisaje invernal con patinadores”, que pintó hacia 1608 y que recuerda a uno de los conocidos dibujos de “¿Dónde está Wally?”, gracias a la gran cantidad de personas que aparecen en la escena. Es muy entretenido dedicar un tiempo a fijarse en lo que está haciendo cada una de ellas. A pesar del intenso frío, que nos transmite también el cielo blanquecino, la vida no solo no se detiene, sino que está en plena ebullición.
En este rápido recorrido por la PEH a través de la pintura europea, destacan también los paisajes invernales de Jacob Ruisdael (1628-1682). Plasmó con gran realismo la transformación que aquellos duros inviernos sufrían los campos y los pueblos de su Holanda natal. El cuadro que acompaña estas líneas lo pintó hacia 1670; algo más de un siglo después de que Pieter Brueguel el Viejo llevará a cabo sus icónicas e influyentes pinturas de los rigores de la PEH.
Los pintores europeos que hemos comentado y otros muchos igualmente conocidos, convirtieron las escenas de invierno en un motivo recurrente de sus obras. Aunque parece evidente que reflejaron en sus cuadros el tipo de tiempo que dominó durante la PEH y sus mayores coletazos, había que demostrar científicamente que existe una buena correlación entre ambos hechos: las vivencias de los pintores durante los inviernos más crudos y los motivos de sus cuadros.
A principios de la década de los 80 (del siglo pasado) un científico inglés lo demostró, gracias a un sesudo estudio que publicó en una revista de Meteorología (Burroughs, W. J.: “Winter landscape and climate change” Weather, 36 (1981); pp. 352-357). La temática del hielo y la nieve, especialmente en la pintura holandesa e inglesa, es más frecuente en los momentos en los que la PEH alcanzó sus distintos picos o momentos álgidos.