La mayor erupción volcánica registrada en la era geológica actual ocurrió hace 7300 años, según científicos japoneses
La erupción de este volcán submarino expulsó tres veces más material piroclástico que la erupción del monte Tambora en 1815. Un estudio demuestra que se trata de la mayor erupción registrada en la época geológica actual.
Hace unos 7300 años tuvo lugar bajo el agua, frente a la costa suroeste de Japón, la mayor erupción volcánica de la época geológica actual. La explosión produjo más de tres veces más material piroclástico que la mayor erupción moderna más conocida, la del Monte Tambora, que explotó en Indonesia en 1815 y provocó cambios climáticos tan drásticos que desembocaron en el “Año Sin Verano” en 1816.
La erupción del Kikai-Akahoya surgió de una caldera sumergida en una región marítima al sur de la isla japonesa de Kyushu, en el suroeste de Japón, y se ubica en el frente volcánico donde la placa del mar de Filipinas subduce a la placa Euroasiática. La caldera ha producido al menos tres erupciones a gran escala, de 140 000, 90000 y 7300 años de antigüedad.
Además de lava, los volcanes expulsan grandes cantidades de piedra pómez, cenizas y gases en un flujo rápido conocido como flujo piroclástico, y sus sedimentos son una valiosa fuente de datos sobre erupciones pasadas.
Esta erupción expulsó una gran cantidad de productos volcánicos (ceniza, piedra pómez, etc.) que se asentaron en un área de más de 4500 kilómetros cuadrados alrededor del lugar de la erupción.
Una erupción con repercusiones a escala planetaria
Con un volumen estimado entre 133 y 183 kilómetros cúbicos, las devastadoras consecuencias de la erupción para los seres humanos que vivían en las islas cercanas fueron documentadas por geólogos y arqueólogos, y el análisis de los depósitos de ceniza volcánica indicó que la explosión fue una de las mayores erupciones de la época geológica actual, el Holoceno, que comenzó hace 11700 años.
Sin embargo, los orígenes y el tamaño de la explosión eran inciertos debido a la dificultad de acceso a la caldera submarina, al cráter que se formó tras la erupción del volcán y a los depósitos volcánicos en el fondo marino.
Un estudio detallado de los depósitos volcánicos submarinos alrededor de la caldera Kikai en Japón ha arrojado luz sobre los mecanismos de deposición, así como sobre la magnitud del evento. Un equipo de investigadores de la Universidad de Kobe en Japón estudió la erupción y concluyó que fue mucho más grande de lo que se pensaba anteriormente.
Los resultados son parte de un artículo publicado en el Journal of Volcanology and Geothermal Research dirigido por Nobukazu Seama, quien combinó sus hallazgos con estimaciones previas de rocas volcánicas depositadas en el fondo marino y concluyó que la cantidad total de material bombeado desde el volcán es equivalente a más de 300 kilómetros cúbicos de área.
Sin embargo, esta erupción aún está muy por debajo de la erupción del supervolcán Toba en Indonesia hace unos 74000 años, que liberó más de 2500 kilómetros cúbicos de magma.
Para evaluar Kikai-Akahoya, Seama y sus colegas llevaron a cabo un estudio sísmico para mapear la región submarina alrededor de la caldera, a unos 200 metros bajo la superficie. Los datos les permitieron aislar la capa volcánica del estudio sísmico y calcular el volumen total de material que produjo el volcán.
Los investigadores recolectaron depósitos de aguas profundas utilizando un robot de perforación controlado remotamente y compilaron muestras de las rocas debajo para identificar el flujo correspondiente a esta erupción, identificando una capa que contenía vidrio volcánico distinto.
La caldera Kikai-Akahoya todavía tiene una gran cámara de magma debajo. Si explota podría producir otra erupción, aunque es impredecible saber su tamaño, ya que se desconoce el tamaño exacto de esta cámara de magma.
Una mejor comprensión de los riesgos
Combinar información histórica de erupciones pasadas como Kikai-Akahoya con estudios de erupciones submarinas más recientes, como la erupción de Hunga Tonga de 2022, podría ayudarnos a producir mejores modelos para predecir erupciones futuras.
Así, podremos comprender mejor los riesgos y, a través de este conocimiento, producir mejor en el espacio, prevenir y mitigar los posibles efectos sobre las poblaciones, el patrimonio y el medio ambiente, reduciendo el riesgo de posibles desastres.
Referencia de notícia:
Shimizu, S., Nakaoka, R., Seama, N., et. al. Submarine pyroclastic deposits from 7.3 ka caldera-forming Kikai-Akahoya eruption. Journal of Volcanology and Geothermal Research. 2024.