La asombrosa manera en que las hormigas modifican la arquitectura de los hormigueros para evitar una epidemia
Varios investigadores encontraron evidencia de “inmunidad arquitectónica”, la estrategia que usan las hormigas para evitar el contagio de enfermedades.
Las hormigas guardan secretos que les han permitido sobrevivir por millones de años y habitar en prácticamente todo el planeta. Tan exitosas son que los científicos las siguen estudiando para comprender mejor sus estrategias de convivencia y supervivencia.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Bristol realizó una serie de experimentos para explorar cómo responden las hormigas cuando algunas de ellas se enferman. Los hallazgos son sorprendentes y dan pistas que podrían replicarse en entornos humanos.
Los insectos sociales que construyen nidos son un sistema ideal para explorar intervenciones arquitectónicas evolucionadas dirigidas a enfermedades en sociedades animales, dice el estudio.
Descubrieron que las hormigas modifican la arquitectura de sus nidos en respuesta a la presencia de patógenos, para reducir el riesgo de propagación de enfermedades.
Para llegar a esta conclusión, los científicos introdujeron un grupo de 180 hormigas Lasius niger en un ambiente controlado y permitieron que construyeran un nuevo nido en una arena de excavación.
Un día después, agregaron a la colonia 20 hormigas obreras “enfermas” (expuestas a un patógeno fúngico). Un escenario similar, pero con una sustancia simulada, se dispuso como grupo de control.
Durante seis días, monitorearon las profundidades del nido a través de cámaras y microtomografía computarizada, para obtener un detalle de lo que sucedía en los pasillos, en su estructura y en la circulación de entrada y salida de las hormigas.
Inmunidad de hormiguero: más espacio para evitar contagios
Con el correr de los días las hormigas fueron modificando el diseño de los hormigueros. Primero, hicieron que las entradas estuvieran más separadas, como si estuvieran creando pasillos más largos.
También modificaron la forma en que se conectaban las diferentes partes del nido. Por ejemplo, ampliaron la distancia entre las cámaras, para aislarlas, lo que, según los investigadores, podría conducir a una disminución en la tasa de contacto -y, por ende, de contagio- entre individuos.
Los nidos expuestos al patógeno mostraron un crecimiento más rápido y cambios en la topología general de la red, con un aumento en la modularidad y una disminución en la densidad y eficiencia de la red.
"La exposición a patógenos provocó una serie de cambios arquitectónicos, entre ellos un crecimiento más rápido del nido, un mayor espaciamiento entre las entradas, cambios inhibidores de la transmisión en la topología general de la red del nido y una reducción de la centralidad de la cámara”, explica el estudio.
Los científicos realizaron simulaciones computacionales que confirmaron que estos ajustes redujeron efectivamente la propagación de enfermedades dentro del nido.
Estos resultados aportan evidencia de un fenómeno llamado "inmunidad arquitectónica" en las hormigas. Esto significa que las hormigas no solo dependen de su comportamiento social para combatir las enfermedades, sino que también utilizan modificaciones estructurales en sus nidos para proteger a la colonia.
Esta capacidad de alterar su entorno para mitigar los riesgos de salud ofrece un paralelo interesante con las estrategias humanas para controlar la propagación de enfermedades, como el diseño de espacios urbanos para prevenir brotes.
El estudio abre nuevas posibilidades para explorar cómo los principios de diseño arquitectónico y planificación espacial pueden ser aplicados para mejorar la gestión de epidemias en diferentes contextos. Así, el ingenio de las hormigas podría inspirar nuevas estrategias para enfrentar desafíos similares en la salud pública.
Referencias de la noticia:
Leckie L. et al. Architectural Immunity: ants alter their nest networks to fight epidemics