Juego de Aguas: confluyen dos masas, ¡y no se mezclan!
¿Recuerdas que se han ido viralizando diferentes fotos y vídeos de dos supuestos océanos que chocan entre sí sin mezclar sus aguas? Lo siento, es un mito. No son ni dos océanos, ni luchan entre sí, ni repelen su mezcla. Descubre qué pasa entonces.
A menudo nos sorprendemos de las maravillas de la naturaleza, los fenómenos naturales que en ella ocurren y las formas y colores que se crean. Uno de los más curiosos, más vistos y menos comentados es la barrera cromática que hacen dos masas de agua. ¿Sabes por qué se produce?
“El lugar donde dos aguas se encuentran”
Así es como muchos lo denominan, y tienen toda la razón, pues es la confluencia o punto de unión entre dos masas de agua de diferente densidad, temperatura y/o tipo de sedimentos. La más llamativa es la que ocurre en la zona NE del Pacífico, especialmente en el Golfo de Alaska, donde se encuentran el agua del océano con el agua que se deshace del glaciar formando un maravilloso choque colores, debido principalmente a la diferencia de salinidad y densidad que existe entre ambas.
En un principio, se creía que esto era como un auténtico efecto de película: dos masas de agua “peleadas” entre sí sin llegar a mezclarse, pero ¿cómo podía ser posible que esas dos aguas, con una evidente diferencia de colores -y de composición-, se mantuvieran paralelas sin llegar a mezclarse? Estaba claro que una explicación científica tendría que haber y Kenneth W. Bruland, profesor del Departamento de Ciencias Oceánicas de la Universidad de California-Santa Cruz, fue el encargado de explicarla tras un crucero de investigación por la zona en el año 2007.
Tras él, Bruland determinó que, desde la costa de Alaska hasta el propio Golfo, existían importantes remolinos de cientos de kilómetros de diámetro -llamados eddies-, cargados de abundantes cantidades de sedimentos glaciares -la llamada harina glaciar-, que teñían el agua de color blanquecino y que eran arrastrados mediante ríos -como ocurre en Alaska con el río Copper- hasta llegar al mar. Una vez aquí, debido a las diferencias de densidad, temperatura, salinidad y otros factores, quedaban enfrentados, ya que el proceso de mezcla es bastante lento y puede llevar varios días. De ahí que, si se ha fotografiado este efecto, es porque todavía no les ha dado tiempo a mezclarse, no porque no se puedan mezclar.
¿Hay fenómenos como este en otras partes del planeta?
Por supuesto que sí, y más impresionantes si caben. Existen millones de confluencias alrededor del mundo pero solo algunas destacan por su combinación de colores, las cuales crean auténticas delicias para nuestros ojos. Espectáculos de colores que harán que tu cerebro no sepa comprender qué está viendo exactamente. Uno no muy lejano de nuestro país lo encontramos en Ginebra (Suiza), en el llamado Point de la Jonction. Aquí se juntan el río Ródano, procedente del lago Leman y con un color coral casi transparente; y el río Arve, el cual se forma en el valle de Chamonix (Francia), a los pies del Mont Blanc, tras recibir las aguas de sus glaciares recargadas de sedimentos, que le dan ese color blanquecino característico.
Otro igual de interesante lo encontramos en Brasil, en la confluencia entre el río Negro, de aguas muy oscuras -casi negras-; y el río Solimões, de una tonalidad arcillosa. Aunque no solo el contraste cromático es impresionante, lo curioso de esta confluencia es que, durante 6 km, las aguas de ambos ríos permanecen juntas sin mezclarse, creando esa barrera visual y llegando a alcanzar incluso los 60 m de profundidad. ¿Por qué? Por las diferencias de temperatura (de hasta 6º C), velocidad y densidad del agua de los dos ríos.
Además, encontramos la Ciudad de los tres ríos, en Passau (Alemania), donde confluyen los ríos Danubio, Eno e Ilz, con tres tonalidades distintas de colores, exacto. A su vez, destacan los ríos Green y Colorado, en EEUU; Orinoco y Caroní, en Venezuela; Bhagirathi y Alaknanda, en la India; Drava y Danubio, en Croacia; y Mosela y Rin, en Alemania también, entre otros muchísimos ejemplos más.