Una investigación desmiente el proceso de formación del granizo
Hasta el momento sabíamos que el granizo se formaba por los movimientos ascendentes y descendientes del aire dentro de los cumulonimbus, pero eso ha evolucionado. Os lo contamos.
La primavera y el verano son dos estaciones clásicas de tormentas en muchos puntos de la península Ibérica, especialmente en zonas montañosas pero que a menudo se desplazan y tienen vida propia, afectando a zonas más llanas o desplazándose centenares de kilómetros.
Esos núcleos convectivos llevan asociados muchos fenómenos: trombas marinas, viento racheado o granizo. Precisamente, en este artículo os hablamos de este último, esa precipitación sólida en forma de partículas de hielo que puede ser esférica, cónica o irregular con un diámetro superior a los 5 milímetros.
La precipitación en forma de glóbulos de hielo se debe a un desarrollo muy importante de los cumulonimbos, donde la convección y los índices de inestabilidad son muy elevados. Estas nubes tan verticales pueden superar los 10 kilómetros de grosor y se produce un contraste muy significativo entre la superficie, muy recalentada, y capas altas, con aire frío.
Hasta ahora, la teoría que explicaba el proceso de formación del granizo era los movimientos ascendentes y descendentes dentro del cumulonimbo derivados de la gran diferencia térmica entre superficie y capas medias de la troposfera. Ese "circuito" o "scalextric" de corrientes en el seno de la nube daban lugar a los círculos o capas concéntricas en el granizo.
El choque de vientos opuestos, el origen
Pues bien, la nueva investigación que os presentamos cuenta un nuevo proceso de formación del granizo. Ese estudio, liderado por el Servei Meteorològic de Catalunya, no considera los movimientos ascendentes y descendientes del aire dentro la nube como causa principal de formación del hielo precipitante, sino que pone foco en la cizalladura. Es decir, el granizo se formaría en el seno de una nube que tenga corrientes de viento "chocantes", o con direcciones y velocidades de aire opuestos.
Según Carme Farnell, técnica del Meteocat e coautora del documento científico, la cizalladura provoca una inclinación del cumulonimbus, que a su vez alimenta más a la tormenta a partir de la entrada de embriones o núcleos del granizo que se dispondrán en la parte superior de la nube. Esos núcleos de granizo son partículas de agua y partículas higroscópicas (sales marítimas, polen, etc.).
El tamaño importa
Cuando la nube esté suficientemente desarrollada y los embriones consolidados en ese techo del cumulonimbus, es el momento de la precipitación. El tamaño o dimensiones de esa precipitación sólida vendrá determinado por la intensidad de la corriente ascendente. Si la corriente ascendente es débil, el granizo caerá más fugaz y será más pequeño. Sin embargo, si la intensidad de la corriente ascendente es robusta y hay suficiente contenido de agua, el granizo crecerá y el tamaño será mucho mayor.